El próximo 19 de octubre se estrena en cines el documental Barbacana, la huella del lobo, un largometraje del biólogo Arturo Menor que narra, a tres tiempos, cómo el lobo, “el tradicional enemigo, puede ser la tabla de salvación de la ganadería extensiva”. Su viaje visual por la naturaleza ibérica permite contemplar los paisajes más emblemáticos de nuestro territorio.
Arturo Menor es investigador científico de la Universidad de Huelva y, además, lleva treinta años dedicado a la divulgación. La naturaleza ibérica es la protagonista de su último documental, Barbacana, un trabajo de tres años que muestra el día a día de un clan de lobos en su hábitat natural. Su ópera prima, WildMed, el último bosque mediterráneo, estuvo nominada a ocho premios Goya y logró numerosos reconocimientos internacionales.
¿Qué simboliza la barbacana?
La barbacana es el símbolo de que la coexistencia entre el lobo y la ganadería es posible. Para aquellas personas que no sepan qué es, se trata de un instrumento para evitar que los lobos ataquen por sorpresa al ganado. Es un invento sencillo y barato. Consiste en una cuerda que se coloca atada a unos postes a un metro de altura, en torno al perímetro del redil donde el pastor guarda las ovejas por la noche. Cuando los lobos acechan al ganado, al llegar a la barbacana no se atreven a rebasarla, ni por encima ni por debajo. La barbacana detiene el ataque, permitiendo que los mastines puedan salir a ahuyentar a los lobos.
¿Por qué son necesarios los documentales conservacionistas en cine?
El cine de naturaleza es una herramienta educativa de primer nivel. Ya quedó de manifiesto con la gran labor que hizo Félix Rodríguez de la Fuente. El medioambiente, a escala local y global, se encuentra en una situación delicada. De todos es conocida la gran acumulación de plásticos en el mar y la pérdida de biodiversidad; muchos de estos problemas tienen su origen en nuestro comportamiento como consumidores. La educación ambiental nos puede ayudar a seguir pautas para corregirlos. Las televisiones públicas deberían aprovechar su potencial educativo y dedicar más presupuesto para la producción documentales naturaleza y otros contenidos didácticos. El nivel de producción en estas televisiones está muy lejos de los de otras como, por ejemplo, la británica BBC.
¿Qué ha aprendido de los pastores? ¿Cómo conviven con el lobo y qué opinan de las batidas?
Sobre todo, he aprendido que para ellos el lobo no supone un problema. Perciben que la ganadería tiene otros conflictos mucho más graves, que tienen que ver más con la comercialización y la globalización que con el lobo. En el tiempo que he estado con los pastores, me ha llamado la atención que para ellos las batidas no son la solución. Reconocen que, en muchos casos, es contraproducente y lejos de reducir los ataques, los incrementa. Las manadas, al quedarse sin alguno de sus ejemplares, se desestructuran y tienen problemas para cazar, recurriendo a lo más fácil: atacar al ganado que se encuentra desprotegido.
Juan Aragonés/Barbacana
Pero en prensa se publican titulares que reclaman medidas urgentes ante los daños que causan los lobos. ¿Qué alternativas hay?
Las medidas urgentes que proponen los ganaderos con los que hemos hablado son articular ayudas públicas para la protección del ganado. En la mayor parte del territorio, con la puesta en práctica de medidas preventivas se evitan los ataques del lobo al ganado en un cien por cien. Son actuaciones que se han venido realizando desde tiempo inmemorial y que se resumen en dos acciones sencillas: recoger el ganado por la noche y tener pastores y perros mastines de guarda durante el día.
Es una especie que estuvo a punto de extinguirse en los 70 en algunas zonas, ¿cuál es el mensaje que debe calar sobre el beneficio que producen al ecosistema?
Por un lado, el lobo es una especie esencial en nuestros ecosistemas que no tiene sustituto posible. Cuando desaparece, se producen desequilibrios y a largo plazo, el medio natural se resiente. Por otro lado, el lobo es útil para la ganadería. Es la única especie que controla los herbívoros silvestres, protegiendo la hierba que consumen los animales domésticos. Asimismo, el lobo es un eficaz veterinario del monte. Es el mejor controlador de enfermedades que son una enorme lacra para la ganadería. Los lobos eliminan a los animales tuberculosos. En las zonas donde hay lobos la incidencia de la tuberculosis es menor.
Si el documental concluye que no existe un conflicto generalizado entre ganaderos y lobos, ¿por qué es esa la idea más extendida?
Porque no es noticia el hecho de que en la mayor parte de las zonas donde existen lobos no hay conflicto. Por el contrario, cuando hay un ataque al ganado se genera alarma social y eso sí es noticia, aunque algunos de esos ataques ni siquiera son perpetrados por lobos, sino por perros asilvestrados. Por eso, me parece interesante dar a conocer iniciativas ganaderas que se desarrollan sin conflicto. Este es el caso de Pastando con lobos, en el que la asociación Grefa y la empresa Llobu están dando difusión a uno de los muchos casos de éxito y de coexistencia pacífica entre ambos.
¿Cuál es el estado de conservación del lobo en la Península?
Aunque parezca increíble, no se sabe a ciencia cierta. Según los datos oficiales del Ministerio, en los últimos 30 años las poblaciones se han mantenido estables en torno a 300 manadas. También se sabe que con el tipo de gestión que se lleva realizando durante todo este tiempo la población se encuentra inmersa en un proceso de pérdida de variabilidad genética. Esta situación puede comprometer su conservación en la península ibérica a largo plazo. Por otro lado, las poblaciones al sur del Duero parecen estar en una situación sanitaria bastante deplorable, con numerosos casos de sarna que diezman las manadas.
¿Qué proyectos tiene de cara al futuro?
Estoy centrado en la distribución de la película Barbacana, la huella del lobo y, a corto plazo, me gustaría hacer una película sobre la migración de las aves en Europa. Pero esa ya es otra historia.
Juan Aragonés/Barbacana