El domingo 17 de abril, algo más de 42 kilómetros separarán a miles de personas de su objetivo: correr la XXXIV Edición del Maratón Popular de Madrid (conocido por los corredores como MAPOMA), uno de los eventos deportivos más importantes de España. José Luis Terreros Blanco (La Rioja, 1956), Subdirector General de Deporte y Salud del Consejo Superior de Deportes (CSD), nos cuenta las claves para lograrlo.
¿Quién puede correr un maratón?
Cualquier persona sana y mayor de edad debería ser capaz de correrlo. Pero nadie puede superar una prueba de estas características sin un altísimo nivel de entrenamiento y de adaptación. El problema no es la intensidad –es fácil aguantar el ritmo del maratón durante unos pocos kilómetros–, la complicación se encuentra en la duración de la carrera.
¿Cómo evoluciona el cuerpo humano cuando se somete a una actividad de esta intensidad?
Antes de correr un maratón hay que trabajar durante meses la carrera continua de larga duración, lo que produce adaptaciones a distintos niveles. El corazón se hace más voluminoso, más fuerte y es capaz de bombear más sangre por minuto. Se abren nuevos capilares, la sangre pierde densidad y pasa con menos esfuerzo por los vasos estrechos. Se desarrollan las fibras musculares de contracción lenta (capaces de trabajar en la larga duración de un maratón), aumenta el caudal y la actividad de las enzimas oxidativas (las que utilizan el oxígeno) y las reservas de glucógeno (el combustible) en las fibras.
¿Todas las adaptaciones son positivas?
También están los efectos de la propia carrera, que se producen principalmente sobre el aparato locomotor. Levantar el centro de gravedad, impulsarlo hacia delante y amortiguar la caída del peso contra el suelo de forma continua puede producir destrucción muscular y tendinosa, así como afectación de los cartílagos articulares. Estos efectos se producen en función del peso y edad del corredor, su nivel de entrenamiento y las características físicas propias.
¿Qué riesgos entraña realizar una actividad tan drástica?
Actualmente se discuten los efectos de la propia carrera sobre el músculo cardiaco. Si el nivel de entrenamiento no es suficiente, esta destrucción muscular puede llegar a implicar al músculo del corazón. Otras alteraciones más fácilmente recuperables son la deshidratación y la pérdida de glucógeno muscular. Tanto el corredor amateur como el profesional se deberían poner en contacto con un especialista en medicina del deporte para elaborar un reconocimiento médico previo.
¿Se sabe cuánto esfuerzo aguanta el cuerpo humano? ¿Cuál es su límite?
El límite del cuerpo humano en cuanto a esfuerzo físico depende de factores genéticos y del entrenamiento. Para un humano con un acervo genético normal y sin entrenamiento, correr una maratón está fuera de sus límites. Es muy difícil predecir el límite de una persona superdotada genéticamente y muy entrenada. Siempre parece imposible batir los récords y luego siempre ocurre. Se batirán las marcas de Usain Bolt –el hombre más rápido de la historia hasta el momento– y se bajará de dos horas en maratón.
¿Cuál es el perfil del maratoniano perfecto?
Una dotación genética con alto porcentaje de fibras musculares oxidativas (lo cual solo se conoce al analizar el propio músculo); un mínimo peso para su talla; una alta eficiencia de carrera (es decir, que gaste la mínima cantidad de energía para correr a la máxima velocidad); y que esté bien alimentado, hidratado y entrenado. Además, debe poseer un perfil psicológico especial que le permita afrontar grandes dosis de entrenamiento y diferenciar las molestias propias del ejercicio del momento en que empieza a lesionarse.
¿Qué papel desempeña la nutrición en este deporte tan extremo?
Una buena nutrición no garantiza el éxito, pero es una condición indispensable para alcanzarlo. Un peso bajo hace que el trabajo a desarrollar para subir decenas de miles de veces el centro de gravedad sea menor. El peso es lo que impacta sobre los miembros inferiores y provoca las lesiones, por lo que menos peso equivale a menos lesiones. Asimismo, es importante la ingesta de hidratos de carbono, ya que son el combustible más importante en el maratón. Hay que tener a la salida un máximo de glucógeno muscular almacenado.
¿Y la hidratación?
Es muy importante. Hay que tratar de perder el mínimo de agua en la carrera, especialmente si es un día cálido o con humedad ambiental. Pero se debe tener en cuenta que algunos maratonianos han sufrido intoxicaciones por beber demasiada agua, incluso muy graves, y más frecuentes en corredores con alguna alteración límite de la personalidad.
La psicología de la resistencia física. ¿Un aspecto más a entrenar?
Igual que se entrena el cuerpo, en esas grandes tiradas de kilometraje la mente se acostumbra a la dureza de esta especialidad. Es fundamental que el corredor tenga una personalidad fuerte que el día de la carrera le haga salir a su propio ritmo, ya que es muy frecuente dejarse llevar por corredores que van a ritmos más altos y luego eso se paga.
El muro del maratón
La relación del Maratón Popular de Madrid con el Consejo Superior de Deportes (CSD) viene de lejos. Su Centro de Medicina del Deporte lleva varios años investigando la fisiología y las complicaciones de salud en esta carrera de maratón. “Estudios realizados en anteriores ediciones han mostrado importantes alteraciones bioquímicas y/o hematológicas en los deportistas estudiados”, explica Enrique Díaz Martínez, jefe del laboratorio del CSD.
Dentro de las alteraciones bioquímicas se han hallado importantes variaciones electrolíticas en las concentraciones de sodio, potasio, cloro, calcio y magnesio que podrían provocar una disfunción de la capacidad contráctil muscular. No obstante, ninguna de estas alteraciones se ha detectado exclusivamente en aquellos deportistas que han sufrido el ‘muro’, como se conoce a la incapacidad para finalizar un maratón cuando apenas quedan unos 10 kilómetros para completarlo.
El objetivo de este año es analizar en detalle este fenómeno con parámetros bioquímicos, hematológicos y coagulativos. Para ello se habilitarán tres puntos de extracción de sangre, entre los puntos kilométricos 30 y 36, para aquellos deportistas voluntarios que sufran el ‘muro’. Los investigadores confían en que estudios como este sirvan para ganar la batalla entre el cuerpo y la mente que protagonizarán, este domingo, los miles de corredores del maratón de Madrid.