El insomnio no es solo cosa de mayores. De hecho, su inicio suele darse en la transición entre la adolescencia y la edad adulta. Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid ha demostrado ahora que un 10% de los jóvenes entre 16 y 25 años presenta todos los síntomas del insomnio crónico.
Un estudio realizado en estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid y publicado en el Journal of Adolescence ha demostrado que un 10% de los jóvenes se queja de insomnio y presenta todos los síntomas nocturnos y diurnos de este trastorno del sueño.
El hallazgo ha puesto de manifiesto que en jóvenes de entre 16 y 25 años ya se detecta la misma presencia de insomnio que en la población general adulta (6-15%). Pero lo más significativo de este estudio ha sido la demostración de que aquellos jóvenes que se quejan de insomnio (y no solo de dormirse tarde) presentan todos los síntomas clínicos de los insomnes crónicos.
¿Cuáles son estos síntomas? Respecto a aquellos que se dan de noche, los que cualquiera puede imaginar, las dificultades para quedarse o permanecer dormido, tener la sensación de un sueño no reparador, despertarse temprano sin ser capaz de volverse a dormir,… pero eso sí dormir poco no es un síntoma de insomnio. De hecho, estar privado de sueño y tener insomnio son cosas muy diferentes. Y este estudio ha contribuido a demostrarlo.
Los jóvenes con insomnio de este estudio, al igual que los insomnes clínicos, se quejaban de fatiga diurna (es decir, sensación de cansancio físico o mental pero sin tendencia a dormirse) pero no de somnolencia diurna (es decir, sensación de cansancio físico o mental con tendencia a quedarse dormido, especialmente en situaciones monótonas) que se da en la privación de sueño. Además, los jóvenes con insomnio tenían más síntomas de ansiedad y depresión, dificultades para concentrarse, mayor irritabilidad, y no solían echarse la siesta. Todos estos síntomas diurnos son aquellos que se tienen en cuenta al realizar el diagnostico de insomnio crónico.
¿Y por qué los jóvenes tienen insomnio? Aunque la respuesta es difícil de contestar y siempre confluyen factores genéticos (una historia familiar de insomnio) y ambientales (los acontecimientos estresantes) este estudio ha mostrado que probablemente el cronotipo y la hiperactivación jueguen un papel muy importante en la etiología y la fisiopatología, respectivamente, del insomnio también en los jóvenes. La etiología se refiere a las causas de un trastorno. El cronotipo, que puede ser matutino o vespertino, se refiere a la preferencia diurna o nocturna de los individuos, la cual depende importantemente de factores genéticos.
Riesgos y propensiones
En este estudio, los investigadores han mostrado que los jóvenes vespertinos son aquellos que presentan más riesgo de tener insomnio, lo que sugiere que una preferencia vespertina rígida puede ser un factor de vulnerabilidad al insomnio crónico.
Además, respecto a la fisiopatología, los mecanismos que producen el trastorno, se sabe que el insomnio crónico se caracteriza por un estado de hiperactivación fisiológica y emocional. Como se ha demostrado en este estudio, los insomnes tampoco pueden dormir durante el día, especialmente si se lo proponen, como por ejemplo ocurre con la siesta.
Esto ocurre por la misma razón por la que no pueden dormir de noche, porque están excesivamente activados. Es precisamente esta excesiva activación fisiológica y emocional la que produce también aquellos síntomas de depresión y ansiedad, la sensación de fatiga, las dificultades de concentración, la incapacidad para echar la siesta, y la irritabilidad.
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