Investigadores del País Vasco, en colaboración con el Real Jardín Botánico y el Instituto Forestal de Eslovenia, describen en un estudio que publica la revista Mycologia dos nuevas especies de Hydnum –llamadas vulgarmente lenguas de buey–. Este género es conocido porque muchos de sus hongos son comestibles.
Investigadores españoles han liderado el descubrimiento de dos nuevas especies de setas del género Hydnum, un tipo de hongo muy común en la cocina.
“En el trabajo describimos dos nuevas especies: Hydnum ovoideisporum y Hydnum vesterholtii, que pertenecen a un género llamado comúnmente ‘lenguas de buey’. Aunque muchas de las setas de esta especie se consumen en varias partes del mundo, paradójicamente existen muy pocos trabajos serios y recientes que intenten esclarecer cuántas especies hay y cómo se diferencian”, explica a SINC Ibai Olariaga Ibarguren, investigador que lidera el estudio en la Universidad del País Vasco.
Según los expertos, la labor de diferenciación de este género es muy complicada ya que las especies se parecen mucho entre sí y poseen unas características microscópicas bastante similares. “Esta es una de las razones por las que muchos autores han creído que existían pocas especies de Hydnum con diferentes variables”, apunta el científico.
Sin embargo, los escasos estudios moleculares realizados en estos hongos apuntan a que la diversidad genética es muy alta. El propio Olariaga lleva años realizando una revisión del este género en la península ibérica hasta descubrir que había dos especies que podían distinguirse de las demás porque tenían esporas ovoides –en la mayoría de las especies son globosas–, y también una ecología particular.
“El estudio molecular que aportamos en el trabajo confirmó que las especies que detecté en ese momento mediante taxonomía clásica basada en morfología correspondían a dos linajes genéticamente marcados”, subraya el investigador.
Conocer las especies que se recolecta
Las especies del género Hydnum se recolectan –ya que no pueden ser cultivadas– de ecosistemas naturales en grandes cantidades y ninguna de sus especies es venenosa, una de las razones por las que no se ha hecho hincapié en su diferenciación.
Sin embargo, se sabe muy poco acerca de su distribución, su ecología, y si las que se están recolectando son especies amenazadas y en peligro de extinción, o por el contrario, especies muy comunes.
“Este tipo de estudios permite ahondar en estos aspectos y, además, tener datos precisos que pueden ser interesantes desde un punto de vista aplicado ya que es necesario saber, por ejemplo, si una o pocas especies producen determinados metabolitos secundarios, o moléculas de interés industrial”, argumenta Olariaga.
Es probable los recolectores hayan consumido estas dos nuevas especies ya que los Hydnum están filogenéticamente emparentados a Cantharellus (rebozuelos) y Clavulina (pies de rata), y todos ellos poseen especies comestibles. “Sería muy improbable pensar que estas dos especies descritas no lo fueran”, concluye el experto.
Referencia bibliográfica:
Ibai Olariaga, Tine Grebenc, Isabel Salcedo, María P. Martín. “Two new species of Hydnum with ovoid basidiospores: H. ovoideisporum and H. Vesterholtii” Mycologia, 104(6):1443-55, diciembre de 2012. doi:10.3852/11-378,
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