Descrita una nueva alga roja en el río Negro de Zamora

Algunas especies son tan parecidas a otras que solo se pueden diferenciar gracias a estudios genéticos. Es lo que ha ocurrido con ejemplares de una nueva alga roja hallada en el río Negro, en la provincia de Zamora. Años después de ser encontrados, los científicos han averiguado que se trata de un nuevo género y especie nunca descritos hasta ahora.

Volatus carrionii
Estudios genéticos revelan que unas algas halladas por la Universidad de Salamanca en La Carballeda pertenecen a un nuevo género y especie. En la imagen Volatus carrionii. / Javier Morales

Investigadores de la Universidad de Salamanca encontraron algas rojas en el río Negro, ubicado en la comarca de La Carballeda, en Zamora, hace cuatro años. En apariencia, pertenecían al género Batrachospermum, pero ahora análisis genéticos han revelado que, a pesar de esta similitud morfológica, se trata de un nuevo género y especie, que se ha denominado Volatus carrionii.

La novedad aparece en un artículo publicado por la revista Phycologia, fruto de una colaboración internacional en la que participan las universidades españolas de Granada y Murcia, además de investigadores de Brasil, Nueva Zelanda, China y Estados Unidos. El resultado es la descripción de una enorme biodiversidad de algas.

En concreto, el trabajo aborda el estudio filogenético –ADN de cloroplastos y mitocondrias– de algas rojas recogidas en 13 ríos de España, Estados Unidos, Canadá y China. De esta forma, los científicos han descrito un nuevo género, Volatus, con tres especies: V. carrionii, V. personatus y V. ulterior.

En Europa están citados 21 géneros y 17 de ellos están en España. Al menos hay 68 especies ibéricas

Los ejemplares de V. carrionii hallados en el río zamorano sirven de holotipo, es decir, de referencia para la descripción de este nuevo género y especie. Asimismo, se han descubierto cuatro nuevas especies del género Batrachospermum: B. dapsile, B. naiadis, B. pozoazulense y B. shanxiense.

Dos géneros casi idénticos

En su mayor parte, las algas rojas o rodófitas son marinas, pero un 6% de las 7.000 especies que las forman viven en aguas dulces. En Europa están citados 21 géneros y 17 de ellos están en España. Al menos hay 68 especies ibéricas y 29 de ellas son del género Batrachospermum.

Por eso, cuando Ana Isabel Negro y Javier Morales hallaron los ejemplares de La Carballeda pensaron que pertenecían a este género, hasta que los análisis genéticos que ha realizado Iara Seguí-Chapuis en la Universidad de Granada como parte de su tesis doctoral han revelado que se trata de algas nuevas que, por el momento, en España solo se han encontrado en los ríos Batuecas (Salamanca) y Jares (Orense) y, curiosamente, mucho más lejos: en Canadá.

“Es lo que denominados especies crípticas, porque es imposible diferenciarlas a simple vista, ya que su parecido morfológico y ecológico es extraordinario”, explica Javier Morales. “Solo las técnicas de secuenciación genómica nos permiten ver que se trata de otro género y especie”, añade.

Se considera que estas algas macroscópicas son buenos bioindicadores de la calidad del agua

Tanto Batrachospermum como las nuevas algas tienen el aspecto de cordones gelatinosos. Forman unos ramilletes con bandas claras y oscuras que se hallan en el fondo del río y que generalmente solo se encuentran a inicios de verano.

La delicada situación del río Negro

Uno de los aspectos más importantes de su presencia es que se considera que estas algas macroscópicas son buenos bioindicadores de la calidad del agua, es decir, que dan fe de la buena salud ecológica del entorno.

En el río Negro, recientemente catalogado como Reserva Natural Fluvial por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), esto no es nuevo. “Es un reducto de especies exigentes y muy importantes porque están amenazadas, así que tenemos que hacer un esfuerzo por su conservación”, opina Morales.

Entre las especies protegidas en grave riesgo de extinción están la náyade de río (Margaritifera margaritifera), la lamprehuela (Cobitis calderoni), la rana patilarga (Rana iberica) y la libélula esmeralda (Oxygastra curtisii). Además, el río Negro también alberga muchas especies de alto valor ecológico, como la trucha pintona (Salmo trutta fario), que son especialistas en vivir en aguas frías, transparentes, de poca mineralización y oligotróficas; y que necesitan el amparo de una potente aliseda como bosque refugio que controla la temperatura del agua y evita su evaporación. Estas condiciones ecológicas cada vez son más escasas en la península ibérica, lo cual aumenta el valor de este curso fluvial.

El río Negro no solo es una gran reserva de biodiversidad, sino que sigue siendo una importante fuente de nuevos hallazgos científicos. Sin embargo, la sequía de este año lo está dejando en una situación muy delicada.

“El caudal es tan bajo que está entrecortado en algunos tramos, lo cual puede ser fatal para la náyade y la lamprehuela, y la conservación sigue sin ser una prioridad”, denuncia el investigador, ya que sería necesaria la depuración de aguas residuales en los pueblos ribereños y evitar extracciones para consumo y riego, entre otras medidas.

Referencia bibliográfica

Chapuis, I.S., Necchi, O. Jr., Zuccarello, G.C., Xie, S.L., Aboal, M., Sánchez-Castillo, P.M. & Vis, M.L. (2017). "A new genus, Volatus and four new species of Batrachospermum sensu strict (Batrachospermales, Rhodophyta)". Phycologia 56(4): 454-468, 45 fig., 1 table. https://doi.org/10.2216/16-73.1

Fuente: DiCYT
Derechos: Creative Commons
Artículos relacionados