Dos micropaleontólogos de la Universidad de Zaragoza han descubierto en Túnez una nueva especie fósil de plancton marino que tendrá importantes consecuencias a la hora de analizar la extinción masiva del límite Cretácico/Terciario (o límite K/T), que acabó con la era de los dinosaurios hace 66 millones de años. El hallazgo echa por tierra la teoría de que los actuales foraminíferos planctónicos provienen evolutivamente de unas pocas especies resistentes que sobrevivieron a la extinción.
El plancton marino agrupa a todos los organismos que flotan libres en la superficie de los océanos, e incluye a algas y protozoos microscópicos como los foraminíferos. Desempeña un papel esencial para mantener la salud y equilibrio del océano y sus complejas cadenas alimentarias, sosteniendo la vida en la Tierra.
La revista Historical Biology recoge una investigación de Ignacio Arenillas y José Antonio Arz, miembros del departamento de Ciencias de la Tierra y del Instituto de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA), y especialistas en foraminíferos planctónicos fósiles en la que se describe el hallazgo de una nueva especie fósil de placton marino en Túnez.
Los microfósiles ayudan a datar las rocas sedimentarias marinas con gran precisión y a conocer los cambios climáticos y oceanográficos del pasado. Precisamente, las dataciones con foraminíferos planctónicos realizadas por ambos investigadores, y publicadas en 2010 en la revista Science, permitieron concluir que la extinción del límite K/T coincide en el tiempo con el impacto del asteroide Chicxulub, de 10 kilómetros de diámetro, en la Península de Yucatán (México).
Aunque son necesarios más estudios, este descubrimiento sugiere que los efectos medioambientales del impacto de Chicxulub en las capas superficiales de los océanos (contaminación química, cambios bruscos de la temperatura y acidez) fueron mucho más severos de lo que se pensaba. Si hasta ahora los estudios indicaban que la extinción afectó "solo" al 75% de las especies de foraminíferos planctónicos, el hallazgo avalaría la hipótesis de una extinción casi total de sus especies, con una tasa de extinción cercana al 100%.
Los foraminíferos no solo contienen especies planctónicas, sino también otras que viven en los fondos marinos (foraminíferos bentónicos). De hecho, de las miles de especies recientes de foraminíferos, tanto solo 50 ó 60 son planctónicas. El plancton marino contiene foraminíferos desde el Jurásico, hace unos 160 millones de años, momento en el que una especie bentónica fue capaz de colonizar las capas superficiales del océano.
El parentesco de los actuales foraminíferos planctónicos
Al igual que sucedió con determinados mamíferos y aves cretácicas, generalmente se ha asumido que algunos foraminíferos planctónicos también lograron sobrevivir al evento de extinción, originando en el Terciario un conjunto de nuevas especies y géneros (Parvularugoglobigerina y Palaeoglobigerina) que evolucionaron hasta las especies actuales.
Utilizando una imagen darwiniana, hasta ahora se consideraba que todos los foraminíferos planctónicos están situados en el árbol de la vida a lo largo de una única rama evolutiva, cuyo origen estaría en aquel primer ancestro bentónico jurásico que logró dar el salto hacia la superficie de los océanos, y que el límite K/T no fue más que un obstáculo en su historia evolutiva.
Los investigadores del IUCA señalan que, por el contrario, el ancestro de los actuales foraminíferos planctónicos fue un foraminífero bentónico llamado Caucasina. Esta especie vivía en el fondo de los mares poco profundos del Cretácico, y poseía una concha cuya morfología indica que probablemente era capaz de sobrevivir ocasionalmente formando parte del plancton. Esta nueva especie, que apareció unos 3000 años después del límite K/T, ha sido bautizada con el nombre de Pseudocaucasina antecessor.
El hallazgo tiene tres implicaciones de gran calado: En primer lugar, los foraminíferos planctónicos aparecieron de forma independiente a partir de los foraminíferos bentónicos al menos en dos momentos: hace 160 y hace 66 millones de años.
Por otra parte, el descubrimiento de la nueva especie implica que los foraminíferos planctónicos actuales no tienen parentesco con los del Jurásico y Cretácico, lo que significa que hay al menos dos ramas independientes que han sido agrupadas erróneamente desde el siglo XIX en un solo grupo taxonómico: el Orden Globigerinida.
Por último, el origen bentónico de la nueva rama evolutiva terciaria hace innecesario presuponer la supervivencia de algunas especies de foraminíferos planctónicos cretácicas para explicar por qué existen foraminíferos planctónicos en la actualidad.
Referencia bibliográfica:
Arenillas, I. and Arz, J.A. (2016). Benthic origin and earliest evolution of the first planktonic foraminifera after the Cretaceous/Paleogene boundary mass extinction. Historical Biology, doi: 10.1080/08912963.2015.1119133
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