Spialia rosae, así se denomina la nueva especie de mariposa que ha descubierto un equipo de científicos del Instituto de Biología Evolutiva. Su nombre hace referencia a que se alimenta de rosales silvestres. En Europa no se describía ninguna especie nueva de mariposa desde hace más de 20 años. El hallazgo ha sido posible gracias a la combinación de técnicas de última generación con el tradicional trabajo de campo.
Científicos del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) han descubierto una nueva especie de mariposa, Spialia rosae, endémica de la península ibérica. Se trata de un hecho excepcional ya que en Europa no se describía ninguna especie nueva de mariposa desde 1993. Al ser una especie críptica e indiscernible a simple vista de su especie gemela, la Spialia Sertorius ha pasado desapercibida durante todos estos años. Los resultados se publican esta semana en la revista Molecular Ecology.
Las dos especies conviven a menudo en el mismo habitat, lo que no es habitual en especies tan cercanas. Por ejemplo, Spialia orbifer es una tercera especie gemela que vive en el este de Europa y sólo coincide con S. Sertorius en una pequeña zona de contacto.
El mismo equipo ya publicó el año pasado un estudio que demostraba que puede haber en Europa hasta un 30% de especies de mariposas aún desconocidas y que ha desencadenado el descubrimiento.
"Nos fijamos en el género Spialia porque los datos del ADN mitocondrial señalaban que había más de una especie en la península ibérica, pero al mirarlas no podíamos ver ninguna diferencia", explica Roger Vila, científico del CSIC en el IBE e investigador principal del estudio.
Durante años las analizaron a fondo y vieron que eran iguales incluso a través de un microscopio de alta resolución. Sorprendentemente, también comparten muchas partes del genoma nuclear, donde está la mayoría de genes, y que es el causante de la mayoría de procesos de especiación.
Las únicas diferencias que encontraron fueron el ya mencionado ADN mitocondrial y los hidrocarburos cuticulares, es decir, el olor que desprenden. Esta característica es imperceptible para los humanos, pero seguramente es lo que les permite distinguir entre ellas. "Esto es muy relevante ya que, si por equivocación se cruzaran, la descendencia probablemente no sería fértil y por tanto las dos especies irían menguando", afirma Vila.
La pista final
El desenlace llegó de la mano de la ecología. Persiguiendo un ejemplar de S. rosae por Sierra Nevada, los investigadores se dieron cuenta de que se detenía a poner un huevo en una rosa.
Según Vila, "este hecho nos sorprendió mucho, porque todas las demás Spialia se alimentan y ponen los huevos en unas plantas que se llaman pimpinelas". A raíz de este descubrimiento, también pudieron entender por qué S. rosae llega a vivir a casi 3.000 metros, más arriba que S. Sertorius, ya que las plantas de las que se alimenta, los rosales silvestres, se encuentran en estos lugares en los que las pimpinelas no pueden vivir.
Por el momento, no hay datos suficientes para saber si se trata de una especie en peligro de extinción, aunque al ser un endemismo ibérico es importante protegerla. Se han encontrado ejemplares en Sierra Nevada, en el Sistema Central, en los Picos de Europa, y en algunos lugares de los Pirineos.
Por otra parte, este hallazgo valida los resultados publicados el año pasado sobre la diversidad críptica por lo que, según dice Villa, "durante los próximos años quizás conseguimos descubrir otras nuevas especies, pero en cualquier caso será una labor detectivesca ya que es difícil o incluso imposible diferenciarlas a simple vista. Sólo uniendo los datos sobre su forma, su olor, su ecología, su genética, como si fueran las piezas de un rompecabezas, se puede acabar entendiendo si se trata de varias especies”.
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.