Una pequeña pieza de ámbar expuesta en una feria geológica que se celebró en Vitoria-Gasteiz hace dos años despertó el interés del científico Vicente Ortuño, de la Universidad de Alcalá (UAH). El ámbar albergaba en su interior un escarabajo del género Calathus, una especie hasta ahora desconocida que vivió hace 40 millones de años, la más antigua conocida hasta la fecha. Sus descendientes más cercanos siguen vivos hoy.
La especial morfología de la pieza de ámbar, de 1,6 cm x 0,5 cm, conservaba un coleóptero de la familia Carabidae, que los científicos han llamado Calathus elpis. Estos insectos, que en su mayoría son depredadores y carroñeros, desempeñan un papel importante en el equilibrio de los suelos de todos los ecosistemas terrestres.
“Tenemos datos fehacientes de que hace 40 millones de años este género ya estaba presente y la forma que exhibían sus especies eran como fotocopias mínimamente alteradas de las actuales”, afirma a SINC Vicente Ortuño, primer autor del trabajo e investigador en el Departamento de Zoología y Antropología Física de la Universidad de Alcalá (UAH).
El estudio, publicado en la revista Zootaxa, demuestra que Calathus elpis es la especie más antigua de su género, y además comparte “una serie de caracteres inequívocos con las especies actuales del género”. Según el investigador, el género está presente hoy en diversos continentes y muestran una diversidad relativamente alta.
“Todos los caracteres que vemos en el fósil ya estaban presentes hace 40 millones de años y probablemente en tiempos aún más remotos”, apunta el biólogo. No obstante, Calathus elpis muestra la “clásica” morfología del género Calathus, poco modificada.
La conservación fósil es un tesoro
En la actualidad, “convivimos con una fauna de artrópodos (insectos, arácnidos, crustáceos y miriápodos) de linajes que ya estaban presentes en la Tierra desde hace decenas de millones de años”, señala el investigador. Del estudio se desprende que los seres humanos convivimos con una fauna de la que muchos de sus géneros son ancestrales. “Eso no podemos decirlo de la mayoría de los vertebrados”, asevera Ortuño.
Algunos de los artrópodos fósiles conocidos pertenecen a las faunas del Terciario (era geológica iniciada hace 65,5 millones de años) que han constituído linajes que suelen seguir vivos, y que dominan algunos ecosistemas como las estepas.
Los investigadores han demostrado la importancia del estudio de los especimenes fósiles que circulan de feria en feria con fines comerciales. Según los científicos, los museos de ciencias naturales deberían rescatarlos y depositarlos en manos de especialistas que los estudien y cataloguen.
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Referencia bibliográfica:
Ortuño, Vicente M.; Arillo, Antonio. “Fossil carabids from Baltic amber - I - A new species of the genus Calathus Bonelli, 1810 (Coleoptera: Carabidae: Pterostichinae)” Zootaxa 2239: 55-61, 2009.
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