Tras las vacaciones, muchos son los que vuelven con la piel bronceada. Pero, ¿desde cuándo está culturalmente valorado tomar el sol? Todo apunta a que fue un hecho bastante fortuito propiciado por uno de los iconos de la moda, la diseñadora francesa Coco Chanel.
Tras su regreso en 1923 de unas vacaciones en un yate, las fotos de la piel pigmentada de la diseñadora francesa Coco Chanel popularizaron el concepto de ‘estar moreno’. Hasta ese momento, el color tostado se relacionaba con las clases sociales más bajas, que debían trabajar al aire libre, y con las personas enfermas, a los que los médicos a principios del siglo XX recetaban ‘baños de sol’ para combatir la anemia o la depresión.
Josephine Baker, la primera mujer afroamericana en protagonizar una película y que en la época trabajó de modelo, fue otra de las mujeres que, junto a Chanel, marcó el cambio de paradigma en cuestiones de piel. A partir de ese momento, muchas mujeres emularon el bronceado de la diseñadora o el color natural de piel de la artista.
Tal fue el éxito, que en 1927 el perfumista francés Jean Patou lanzó la primera loción bronceadora, que anunciaba un color tostado sin necesidad de esperar a que llegase el verano.
Desde hace años se conoce el efecto nocivo de los rayos ultravioleta. De hecho, una de las principales causas de riesgo de melanoma es este tipo de radiación, que actúa sobre la piel predisponiendo a la aparición de cáncer cutáneo cuando hay una exposición inadecuada al sol.
Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (aecc), la incidencia de cáncer de piel por exposición solar aumenta cada año, siguiendo así la tendencia mostrada en la última década con un 50 % más de casos.
Según explicó a Sinc Josep Malvehy, director de la unidad del Melanoma del Hospital Clínic de Barcelona, no se sabe con precisión. “Los tiempos de incubación o latencia hasta el desarrollo del tumor son muy distintos y dependen de la genética (el tipo de piel), el tipo de tumor y la inmunología del paciente (sus defensas). Por ejemplo, el carcinoma basocelular, el tipo más común de cáncer de piel, puede tener un periodo de incubación por exposiciones solares de 10, 15 e incluso 20 años en algunos casos”.
Tomar el sol con precaución aporta muchos beneficios al cuerpo humano, como el fortalecimiento de huesos y dientes o la mejora del aspecto de la piel. Además, los expertos apuntan una mejora en los estados depresivos, la calidad del sueño y la vida sexual.
Así, una de las principales ventajas es la ayuda al organismo para la síntesis de la vitamina D, básica para el crecimiento, la osificación y las defensas del organismo.