Insistir en la necesidad de la protección solar es esencial, sobre todo cuando esta precaución también ha caído en el punto de mira de la plaga negacionista en redes sociales. Incluso quienes buscan información fidedigna se sienten confundidos entre bulos y mensajes alarmistas o discordantes. ¿Qué producto conviene utilizar? ¿Son eficaces? ¿Son seguros? ¿Son ecológicos? Esto es lo que dice la ciencia actual.
Tras las vacaciones, muchos son los que vuelven con la piel bronceada. Pero, ¿desde cuándo está culturalmente valorado tomar el sol? Todo apunta a que fue un hecho bastante fortuito propiciado por uno de los iconos de la moda, la diseñadora francesa Coco Chanel.
Aunque España sea un país cálido, existe una carencia generalizada de vitamina D en toda la población, que se puede relacionar con un aumento del riesgo de sufrir cáncer de colon, mama o próstata. Los científicos exigen mayor atención de los profesionales sanitarios, sobre todo en atención primaria.
El calor tan sólo es una consecuencia que se suma a otros tantos efectos positivos y negativos que el sol puede causar en las personas, en su estado de ánimo, en su sistema inmune y, cómo no, en nuestro mayor órgano: la piel. Una nueva investigación, realizada por investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), muestra que la obsesión por un bonito bronceado es uno de los principales puntos débiles de la concienciación ciudadana sobre el sol.
El grupo de Investigación “Física de la Atmósfera” (CEAMA-Universidad de Granada) ha creado un nuevo servicio web que facilita información diaria sobre el Índice de Radiación Ultravioleta (UVI). Se recomienda revisar el mismo para protegerse adecuadamente de las quemaduras solares en piel y ojos.