Una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid estudia la asociación entre la relevancia de distintas regiones del cerebro y la proteína p-tau231 en personas cognitivamente sanas y distinta carga patológica. partir de un cierto nivel, en individuos con alta carga, la relevancia de las regiones cerebrales empieza a cambiar.
Un equipo de investigación liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha identificado la asociación entre la demanda de regiones cerebrales clave para facilitar y coordinar el flujo de información entre el resto de áreas y altos niveles de marcadores en sangre de patología de la enfermedad de Alzhéimer (EA) en individuos que aún no manifiestan deterioro cognitivo.
Por estudios previos realizados en pacientes con deterioro cognitivo leve y demencia por EA, se sabe que las regiones con más flujo de información y, por lo tanto, más relevantes para distribuir y facilitar la comunicación entre distintas áreas cerebrales terminan fallando y perdiendo su relevancia. Sin embargo, se desconoce qué pasa con esa especie de “centros de comunicaciones” en etapas tempranas, cuando todavía no hay problemas cognitivos, pero sí comienza a haber patología subyacente
El estudio, publicado en Alzheimer's Research & Therapy, analiza cómo cambiaba en personas cognitivamente sanas y distinta carga patológica la relación entre la relevancia de distintas regiones y la proteína p-tau231, un marcador en sangre de patología.
Solo entre individuos cognitivamente sanos, pero con niveles elevados de patología en sangre existe una asociación
“Solo entre individuos cognitivamente sanos, pero con niveles elevados de patología en sangre existe una asociación. Es decir, a partir de un cierto nivel de patología, las regiones más relevantes para controlar y distribuir el flujo de información empiezan a presentar cambios en cuánta información reciben de otras regiones. Así, algunas de estas zonas muestran demandas excesivas en que se asocian a la patología incipiente y a un posterior colapso, mientras que otras experimentan pérdidas de relevancia asociadas a disfunción neuronal”, señala Alejandra García Colomo, investigadora del Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia de la UCM.
El estudio incluyó a 104 participantes sin deterioro cognitivo, de los cuales 33 tenían niveles elevados de proteína p-tau231 y cadenas ligeras de neurofilamentos (NfL), otro biomarcador, y 71 con una baja carga de patología. Se usó la magnetoencefalografía para medir la actividad cerebral y se analizó la centralidad de distintas regiones.
Los resultados de este estudio pueden ser útiles para desarrollar herramientas de diagnóstico temprano del alzheimer y para evaluar tratamientos antes de que aparezcan los síntomas clínicos.
El estudio sugiere que los cambios en la función cerebral y la organización del flujo de información comienzan mucho antes de que aparezcan los síntomas del alzheimer a la par que comienzan a elevarse algunos parámetros en sangre
“El estudio sugiere que los cambios en la función cerebral y la organización del flujo de información comienzan mucho antes de que aparezcan los síntomas del alzheimer a la par que comienzan a elevarse algunos parámetros en sangre”, destaca la investigadora de la UCM.
Esta información puede resultar de utilidad a los profesionales de la salud, investigadores y farmacéuticas para identificar a individuos en riesgo y monitorear la efectividad de intervenciones tempranas. “Además, el uso de biomarcadores en sangre y técnicas de imagen no invasivas facilita un acceso más amplio y menos costoso a herramientas de diagnóstico”, añade García Colomo.
Junto a la UCM, en el trabajo participan la Universidad Politécnica de Madrid, el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur y el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Referencia:
García-Colomo, A., López-Sanz, D., Taguas, I. et al. "Effects of Alzheimer’s disease plasma marker levels on multilayer centrality in healthy individuals". Alz Res Therapy.