Un grupo de psicólogas de la Universidad de Almería, liderado por las doctoras Pilar Flores y Flor Zaldívar, acaban de concluir un estudio sobre el consumo de sustancias adictivas en jóvenes universitarios y la manifestación de conductas impulsivas en los mismos, tanto a nivel cognitivo como motor.
Según los datos arrojados por este proyecto, los consumidores habituales de cannabis y alcohol presentan mayor impulsividad que los no consumidores. Sin embargo, no se han evidenciado diferencias entre ambos grupos de consumidores, lo que lleva a pensar a estos expertos que “el consumo de sustancias, independientemente de su naturaleza, está relacionada con la impulsividad”. Este estudio, que se inició en octubre de 2006, fue impulsado por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social con un incentivo total de 30.061 euros.
Con la intención de averiguar si el consumo recreativo de estas sustancias –alcohol y cannabis– afecta a la impulsividad de los jóvenes, se midió dicho comportamiento en tres subescalas: impulsividad motora, cognitiva e impulsividad no planificada. Para la consecución de este objetivo se tomó una muestra poblacional total de 575 alumnos, de los cuales, el 50,7% son mujeres y el 49,3% hombres, asignados a tres grupos en función de sus hábitos de consumo de drogas.
De los primeros muestreos realizados se ha observado que el 21,4% se corresponde con la categoría de consumidor habitual de cannabis, el 32,5% con el alcohol y el resto, un 34,6%, no consumen drogas de tipo. Asimismo, parece ser que el sexo supone una influencia en los hábitos de consumo, ya que un 62,5% de la muestra constituida únicamente por varones es consumidor habitual de alguna de estas sustancias frente al 45,6% que representan las mujeres. Del mismo modo, los hombres llegan a consumir cantidades superiores respecto a ambas sustancias.
Los resultados obtenidos muestran diferencias conductuales significativas según el grupo de análisis. La impulsividad cognitiva se puede definir como la tendencia del sujeto a precipitar sus respuestas, especialmente en tareas que explícita o implícitamente conllevan incertidumbre de respuesta, y a cometer más errores.
Respecto al análisis de los datos obtenidos a partir de pruebas de laboratorio que miden este tipo de impulsividad, los grupos de estudiantes consumidores de sustancias adictivas mostraron comportamientos más impulsivos que los no consumidores. No obstante, este patrón cambia cuando se tienen en cuenta la ejecución de tareas motoras, donde esta relación sólo se ha podido evidenciar en el grupo de consumidores de cannabis. La Impulsividad Motora, implica actuar sin pensar, dejándose llevar por el ímpetu del momento.
Como conclusión, estas expertas exponen “es una realidad innegable el consumo habitual de sustancias adictivas en la población de jóvenes universitarios. Por otro lado, parece claro que existe una relación entre el consumo de drogas e impulsividad aunque aún tenemos que esclarecer si esta actitud es una causa o una consecuencia del consumo de drogas”.