Especialistas proponen subir los impuestos de los alimentos poco saludables

Según un estudio elaborado dentro del Proyecto SUN, la dieta mediterránea puede ser más saludable pero también más cara, como se desprende del análisis de los costes de este patrón dietético comparado con los de una dieta “americanizada”. Por este motivo los autores del estudio proponen incrementar los impuestos de los alimentos poco saludables.

Los investigadores Maira Bes-Rastrollo y Miguel Ángel Martínez-González
Los investigadores Maira Bes-Rastrollo y Miguel Ángel Martínez-González.

Los resultados de esta investigación, realizada en el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública del centro académico, se acaban de publicar en la edición online de la revista Journal of Epidemiology and Community Health, una de las de mayor índice de impacto en Salud Pública.

Los hallazgos se obtuvieron tras la evaluación de los patrones dietéticos de más de 17.000 graduados universitarios en 2008. “Los voluntarios rellenaron un cuestionario semi-cuantitativo de frecuencia de consumo de alimentos, en el que se incluían 136 alimentos agrupados en 30 categorías, especificándose la cantidad consumida en gramos por día. A partir de esta información calculamos los costes de los alimentos siguiendo los datos oficiales disponibles”, explica la investigadora principal, Maira Bes-Rastrollo.

Por otro lado, los autores recurrieron a un sistema validado de puntuación para identificar si los participantes seguían una dieta mediterránea -rica en aceite de oliva, pescado, legumbres, frutas, verduras y hortalizas- o un patrón denominado “americanizado” -con predominio de grasas, azúcar, carne roja, comida rápida, bebidas azucaradas carbonatadas y bollería industrial-. “La conclusión fue que una mayor adhesión al patrón mediterráneo se asocia con mayores costes. Y al contrario”, subraya la científica.

Incrementar los impuestos de los alimentos menos saludables

Además, menos gasto en la cesta de la compra se asoció con un mayor consumo de alimentos con densidad energética alta y con el picoteo.

Su principal autora, Maira Bes-Rastrollo, recordó que cada vez existe más evidencia científica sobre los beneficios de la dieta mediterránea: “Al mismo tiempo constatamos los efectos adversos de la comida basura, por eso podría compensar subir los impuestos de estos alimentos y subvencionar los saludables, para evitar que el ciudadano descarte una dieta sana por ser más cara.

El Proyecto SUN (Seguimiento Universidad de Navarra), supervisado por el Dr. Miguel Ángel Martínez-González, se puso en marcha en 1999 con el objetivo de evaluar la relación entre dieta, enfermedades y condiciones crónicas como la obesidad. Está basado en las respuestas de los participantes a cuestionarios remitidos cada dos años y cuenta con más de 20.000 voluntarios, lo que lo convierte en uno de los mayores estudios epidemiológicos llevados a cabo en España.

Fuente: Universidad de Navarra
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