Espectros de meteoritos para estudiar la superficie de asteroides primitivos

Investigadores del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC) y otros centros internacionales han obtenido gráficos de la capacidad reflectiva de condritas carbonáceas, un tipo de meteoritos. El estudio ayudará a las futuras misiones espaciales destinadas a traer a la Tierra muestras de asteroides primitivos.

Cóndrulos del meteorito Graves Nunataks (GRA) 95229 vistos bajo el microscopio de luz transmitida./ CSIC
Espectros de meteoritos para estudiar la superficie de asteroides primitivos. Foto: CSIC

Investigadores del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC) y otros centros internacionales han obtenido gráficos de la capacidad reflectiva de condritas carbonáceas, un tipo de meteoritos. El estudio ayudará a las futuras misiones espaciales destinadas a traer a la Tierra muestras de asteroides primitivos.

Un equipo internacional liderado desde el Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC) ha obtenido espectros de reflectancia de un grupo de meteoritos, llamados condritas carbonáceas, que resultan de utilidad para caracterizar la superficie de asteroides primitivos.

El estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, aporta datos sobre cómo muestrear materiales prístinos del sistema solar en futuras misiones de exploración de pequeños asteroides.

El trabajo aporta datos sobre cómo muestrear materiales prístinos del sistema solar

Un espectro de reflectancia es un gráfico de la capacidad reflectiva de una superficie para las distintas longitudes de onda o colores del espectro electromagnético. Por tanto, proporciona información sobre la capacidad reflectiva de estos materiales frente a la luz que reciben del Sol. En el caso de los grupos de meteoritos primitivos analizados, los espectros ayudan a caracterizar los asteroides de los que provienen, ricos en agua y materia orgánica.

Entre las condritas carbonáceas estudiadas en este trabajo destacan algunas históricas (Allende, Cold Bokkeveld, Murchison, Orgueil y Tagish Lake), así como raros ejemplares recuperados en la Antártida, proporcionados por el Johnson Space Center de la NASA.

“Son una clase de meteoritos íntimamente asociada con asteroides, y posiblemente cometas, formados hace unos 4.565 millones de años en las regiones más externas del Sistema Solar. En su composición no sólo encontramos diminutos agregados rocosos, sino también materia orgánica y agua, que hacen que sean los materiales con composición más cercana a la de nuestro Sol. Podríamos considerarlos auténticas piedras Rosetta para la ciencia, ya que han preservado en su interior los primeros componentes del Sistema Solar”, explica Josep Maria Trigo, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio.

Los espectros, obtenidos por los científicos en el Centro de Investigación en Nanoingeniería de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), abarcan longitudes de onda comprendidas entre las 0,2 y las 20 micras y revelan bandas de absorción de agua, minerales hidratados y compuestos orgánicos. “Hemos empleado dos espectrómetros que permiten medir de manera precisa la reflectividad de estos materiales en un amplio rango espectral”, señala el investigador de la UPC Jordi Llorca.

Interés químico y astrobiológico

Los asteroides de los que proceden los meteoritos estudiados son objetos pequeños, muchas veces de pocos kilómetros o cientos de metros de diámetro, lo que los convierte en difíciles de descubrir y peligrosos. De hecho, la presencia de carbono en la matriz que compacta los meteoritos hace que sean muy oscuros, ya que apenas reflejan entre un 5% y un 10% de la radiación solar.

“De ahí que estos asteroides sean difíciles de monitorizar en el espacio. Además, sus componentes tienen un interés astrobiológico al haber llegado a la Tierra en grandes cantidades hace unos 3.900 millones de años, durante los procesos de enriquecimiento químico del planeta como consecuencia de la migración de Júpiter y Saturno, que causó la dispersión gravitatoria de miles de objetos helados que se habían formado en las regiones externas del denominado cinturón principal de asteroides”, señala Trigo.

Los investigadores esperan que este trabajo sea útil para las futuras misiones espaciales como OSIRIS-REx de la NASA, Hayabusa 2, de la Agencia Espacial Japonesa JAXA, y Marco Polo-R, de ser finalmente aceptada por la Agencia Espacial Europea el próximo mes de enero. “Poder estudiar las propiedades reflectivas de estos meteoritos supone una oportunidad única para comprender mejor la historia escrita en estas muestras únicas del sistema solar primitivo”, señala el investigador Carles Moyano.

Referencia bibliográfica:

Josep M. Trigo-Rodriguez, Carles E. Moyano-Cambero, Jordi Llorca, Sonia Fornasier, Maria A. Barucci, Irina Belskaya, Zita Martins, Andy S. Rivkin, Elisabetta Dotto, José M. Madiedo y Jacinto Alonso-Azcárate. "UV to far-IR reflectance spectra of carbonaceous chondrites. I. Implications for remote characterization of dark primitive asteroids targeted by sample-return missions". Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, 2013. DOI: 10.1093/mnras/stt1873.

Fuente: CSIC
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