Fantasmas de galaxias

Un equipo internacional de astrónomos ha identificado gigantescas corrientes de estrellas en la periferia de dos galaxias espirales próximas y, por primera vez, ha obtenido una visión panorámica de un fenómeno de canibalismo galáctico similar al de la galaxia enana de Sagitario en el entorno de la Vía Láctea.

Fantasmas de galaxias
Imagen de la corriente estelar de marea que rodea a la galaxia espiral NGC 5907 obtenida con un telescopio robótico amateur desde las montañas de Nuevo México.Crédito: R. Jay Gabany

La detección de estos gigantescos fósiles estelares corrobora las predicciones del modelo cosmológico de la materia oscura fría, que sugiere que las galaxias espirales de gran diseño actuales se formaron a partir de la fusión de sistemas estelares menos masivos.

La primera de estas estructuras de escombros envuelve a la galaxia NGC 5097, situada a 40 millones de años luz de distancia de la Tierra y formada a partir de la destrucción de una de sus galaxias enanas satélites hace al menos cuatro mil millones de años. Según los investigadores, la galaxia enana ha perdido ya la mayoría de su masa en forma de estrellas, cúmulos estelares y materia oscura. Todo ello ha quedado distribuido a lo largo de su órbita y ha dado lugar a una estructura de fósiles galácticos que se entrecruzan de manera compleja y cuyo radio supera los 150.000 años luz.

“Nuestros resultados ofrecen una perspectiva externa inédita de este espectacular fenómeno alrededor de galaxias espirales y demuestran que los halos aún contienen fósiles de galaxias enanas, una oportunidad única para estudiar las últimas etapas del ensamblaje de galaxias como la nuestra”, sostiene David Martínez, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que lidera el equipo que ha llevado a cabo las observaciones.

En su rastreo, los astrónomos no han sido capaces de encontrar el cuerpo principal de las galaxias devoradas, por lo que suponen que podrían estar completamente destruidas en la actualidad. “Estas corrientes estelares son muy difíciles de detectar y son muy poco densas en estrellas, lo que les confiere un aspecto fantasmal. De hecho, al estar relacionadas con la muerte de una galaxia enana, podrían considerarse como los fantasmas de galaxias ya desaparecidas”, comenta Martínez.

El equipo ha descubierto otra gigantesca y tenue corriente en forma de bucle en la galaxia NGC 4013, situada a casi 50 millones de años luz de distancia en la constelación de la Osa Mayor. Su fantasmal séquito estelar se proyecta a más de 80.000 años luz desde el núcleo y está compuesto por viejas estrellas pobres en metales. Aunque su geometría tridimensional es desconocida, posee una estructura muy similar a la corriente de marea Monoceros, un anillo estelar que circunda la Vía Láctea y que se formó por la destrucción de una galaxia enana hace tres mil millones de años.

Jorge Peñarrubia, astrofísico teórico de la Universidad de Victoria (Canadá) y miembro del equipo, es un experto en modelar estas corrientes estelares. Según Peñarrubia, “el ajuste de los modelos teóricos a estas estructuras nos permite reconstruir su historia y describir una de las componentes más misteriosas y controvertidas de las galaxias: la materia oscura.”

Astrofotógrafos a la búsqueda y captura
Para el trabajo de rastreo y detección de las corrientes, este equipo de astrofísicos ha contado con la colaboración del prestigioso astrofotógrafo R. Jay Gabany. Su aportación a la hora de obtener las imágenes “ha sido decisiva, un hecho casi sin precedentes que pone de relieve, una vez más, la gran contribución que realizan los astrónomos aficionados”, destaca Martínez.
R. Jay Gabany obtiene desde hace años espectaculares imágenes en color del cielo profundo con telescopios robóticos de pequeño tamaño situados en Nuevo México y Australia. Sus imágenes han ilustrado las mejores revistas de divulgación astronómica de todo el mundo. Su trabajo en este proyecto demuestra el potencial de los astrónomos aficionados del siglo XXI que, armados con nuevas tecnologías, son capaces de participar en proyectos científicos muy competitivos a nivel internacional.

Fuente: IAC
Derechos: Creative Commons
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