La finalidad de estas normas, frenar la exportación de residuos electrónicos a los países empobrecidos. En 2006 se vendieron 230 millones de ordenadores, 1.000 millones de teléfonos móviles y 45 millones y medio de televisores.
“Hacer que las tecnologías de reciclado estén disponibles en todo el mundo y estandarizar las políticas gubernamentales sobre reutilización y reciclado podría alargar mucho la vida de muchos dispositivos electrónicos para que al final de su vida útil se lleve a cabo la recogida de los valiosos metales y componentes que contienen”.
Esta es una de las principales conclusiones a la que han llegado investigadores de los 15 países que han participado en la I Escuela de Verano sobre Residuos Electrónicos, celebrada del 6 al 11 de septiembre en el parque tecnológico Philips High Tech de Eindhoven (Holanda) y organizada por la Universidad de Naciones Unidas, el Instituto Federal Suizo para las Ciencias de Materiales y la Tecnología, y la universidad técnica más antigua de Alemania, la Technische Universität Braunschweig.
Ruediger Kuehr ,de la Universidad de Naciones Unidas (UNU) y secretario ejecutivo de una iniciativa mundial pública-privada denominada ‘Resolver el problema de los residuos electrónicos’ (StEP en sus siglas en inglés), afirma que “las rápidas innovaciones y sustituciones de los productos electrónicos está obligando a todos los países a encontrar formas más efectivas de gestionar sus residuos”.
“Millones de dispositivos antiguos de América del Norte y de Europa podrían duplicar su primera vida habitual de tres o cuatro años, utilizándose en clases y pequeñas oficinas de toda África, América del Sur y Asia”, explica Ramzy Kahhat, del Centro de Ingeniería y Gestión de Sistemas Terrestres de la Universidad de Arizona.
“Sin embargo, es de una importancia vital conseguir que los dispositivos no deseados se reutilicen antes de que sean demasiado viejos o estén demasiado dañados para reacondicionarlos”, añade Kahhat, que defiende la existencia de depósitos de devolución para disuadir a los consumidores de que simplemente guarden los equipos viejos en el cajón, el garaje o el sótano.
Los residuos electrónicos valen su peso en oro
Un estudio dirigido por Kahhat en 2008 encontró en Perú que más del 85% de los ordenadores usados importados por dicho país se ponían de nuevo en funcionamiento. Ese dato contrasta con la alarmante estadística de Nigeria, Pakistán y Ghana, donde alrededor del 80% de los dispositivos importados para reutilizarse se convierten en chatarra.
Los ordenadores y otros dispositivos electrónicos que ya no pueden usarse contienen materiales valiosos que es posible recuperar cuando los dispositivos se desmontan y reciclan de forma apropiada. Una tonelada de teléfonos móviles usados contiene unos 3,5 kilogramos de plata, 340 gramos de oro, 140 gramos de paladio y 130 kilogramos de cobre, según StEP. Una batería normal de teléfono móvil contiene otros 3,5 gramos de cobre. Valor total: más de 15.000 dólares de EE. UU., según los precios actuales. Otros componentes de los residuos electrónicos como el iridio y el coltán son cada vez más difíciles de encontrar.
En China existen 20 millones de recicladores domésticos
El investigador de la ONU, Feng Wang, calcula que más de 20 millones de personas participan en la recogida, reutilización y reciclado informales de residuos electrónicos en China.
Aunque este país ha prohibido las importaciones de residuos electrónicos, sigue siendo uno de los principales vertederos de residuos de otros países, afirma Wang. El científico está investigando modelos innovadores y rentables que ayuden a China a garantizar el reciclaje de los residuos electrónicos, desde la recogida de los equipos en las viviendas hasta la expansión de las instalaciones para el reciclado.