La conferencia sobre el cambio climático de Naciones Unidas finalizó el viernes pasado de madrugada con la elaboración de un libro de reglas para el Acuerdo de París, con el fin de ayudar a los gobiernos a planificar su financiación y dar confianza a los inversores y empresas de que la economía de bajas emisiones de carbono ha venido para quedarse. Los países tendrán que finalizar dicho documento en la COP24 en Polonia, el próximo año.
El aumento de las emisiones globales y los graves impactos climáticos en 2017 en todo el mundo han impulsado en la Cumbre del Clima de Bonn (COP23), finalizada el pasado viernes, un llamamiento de los países más vulnerables a la acción pre-2020 para presionar a todos los estados con el fin de que intensifiquen su ambición climática.
En 2018 se espera realizar una evaluación sobre la adecuación real de las acciones climáticas, ya que en el documento que se ha aprobado en esta cumbre los países se comprometen a evaluar sus emisiones de CO2 para el próximo año. Hasta 2020, los países tendrán que volver a la mesa con planes de acción fortalecidos.
"Bonn cumplió su promesa, pero no atendió a las necesidades del planeta. Se previó una COP técnica, desinteresada, y fue precisamente eso. El proceso fue rescatado de una posible reapertura de la fisura entre países ricos y pobres pero, desgraciadamente, la atmósfera no se preocupa por el proceso”, apuntó Carlos Rittl, secretario ejecutivo del Observatorio Brasileño del Clima.
En el ámbito de la financiación de la lucha contra el cambio climático, un tema de conflicto que ha centrado las disputas entre los países enriquecidos y empobrecidos, no se esperaban grandes cambios en las contribuciones financieras en la COP23 y así ha sido. El debate de la financiación se ha pospuesto a próximas reuniones. Sin embargo, los gobiernos reconocieron la importante dimensión social de la transición de la economía global.
La descarbonización es irreversible
"Los eventos en la cumbre del clima mostraron una vez más que la descarbonización global es irreversible y no puede frenarse. La nueva alianza para dejar el carbón en el pasado con una transición justa, el cruce de la marca de 100.000 millones de dólares en títulos verdes para este año y los múltiples anuncios de corporaciones e instituciones financieras están aumentando la evidencia de la transformación exponencial", expuso Christiana Figueres, exsecretaria ejecutiva de la UNFCCC y Coordinadora de la Misión 2020.
La Presidencia de Fiji ha concluido también con un Plan de Acción de Género y la creación de la Plataforma de Pueblos Indígenas en Bonn. "Sabemos por experiencia que colocar a las mujeres en el centro de la lucha contra el cambio climático puede resultar en acciones más impactantes, equitativas y sostenibles. El Plan de Acción de Género está diseñado para hacer exactamente eso. Destaca y apoya el papel que las mujeres pueden y efectivamente desempeñan en la construcción de resiliencia y adaptación a los impactos del cambio climático. Se enfoca la atención global sobre cómo podemos transformar palabras en acciones”, explica Patrícia Espinosa, secretaria ejecutiva de la UNFCCC
Entre los aspectos más destacables de estos días en Bonn, cabe señalar que Siria se ha convertido en la nación número 196 en adoptar formalmente el Acuerdo de París, por lo que EE UU se convierte en el último miembro de la ONU que lo obstaculiza.
“Cuando vuelvan a sus países, los líderes mundiales deberán demostrar que han escuchado las voces de las personas y países del Pacífico, con todo su dolor y esperanza por las consecuencias que ya sufren por el cambio climático y comprender la urgencia de nuestros tiempos. Hablar no es suficiente y aún falta que se pongan en marcha las acciones necesarias”, declaraba Jens Matias, jefe de la delegación política de Greenpeace en la cumbre.
La creciente expansión del apoyo a la acción por estados, ciudades, empresas, inversores y comunidades exhibidas en Bonn aumenta la presión para que los gobiernos actúen más rápido, de forma paralela a los constantes cambios en la economía real.