"Ansiosos" y "deseosos" de que los resultados de la Misión Galega do Gran Burato sean positivos. Así de optimistas se mostraron esta semana el rector de la Universidade de Vigo, Salustiano Mato, y el conselleiro de Economía e Industria de la Xunta de Galicia, Javier Guerra, tras la formalización del convenio por lo que el ejecutivo gallego se compromete a la financiación íntegra de un proyecto que tiene como principal objetivo conocer si en las costas gallegas hay gas en condiciones de ser utilizado industrialmente.
En la reunión, que contó también con la participación de la vicerrectora de Investigación y de los investigadores responsables del proyecto, rector y conselleiro concretaron también otras líneas de colaboración entre ambas instituciones, el único camino para hacer "economía real y productiva", tal como subrayó el rector, que puso a disposición de la consellería las capacidades de la Universidade "para mejorar todo lo posible el desarrollo de la política de investigación e innovación y así darle uno empuje a nuestro tejido industrial y empresarial".
La expedición del Gran Burato tendrá uno coste total de 450.000 euros que correrán a cargo de la Consellería de Economía e Industria, "150.000 se destinarán a los gastos de la Universidade y 300.000 al barco", especificó el conselleiro, quien insistió en que se trata de "una inversión que puede ser muy importante para Galicia, aunque evidentemente haya riesgos", subrayó, al tiempo que recordó que el gas es un elemento central de la política energética de la Xunta, como demuestra la compra por parte del ejecutivo gallego de un importante bloque de acciones en Reganosa.
La campaña partirá del puerto de Vigo el próximo 16 de octubre a bordo del buque de investigación oceanográfico Sarmiento de Gamboa con alrededor de una veintena de investigadores a bordo. Liderados por los catedráticos de la Universidad, Daniel Rey y Belén Rubio, tendrán quince días para examinar una zona "cuya estructura geológica denota la presencia de gas", subrayó Federico Vilas, coordinador del grupo GEOMA, al que pertenecen Rey y Rubio, y que, en esta ocasión, dará su apoyo a los investigadores desde tierra.
Tanto Rey como Vilas subrayaron los resultados de prospecciones sísmicas anteriores que también revelan la existencia a ciencia cierta contenido de gas, "lo que no sabemos es cuanto ni en que extensión", explicó Vilas, en relación a que estos son justo los objetivos de la campaña. En la misma línea ambos insistieron en la necesidad de ser prudentes con las expectativas despertadas, "ya que aún nos encontramos en una fase muy preliminar del trabajo", insistió Rey, al tiempo que recordó que las prospecciones de hidrocarburos y, en concreto, en las condiciones en las que estos podrían aparecer exigiría un esfuerzo de prospección y perforación muy diferente al que se está realizando en la actualidad.
La liberación de dióxido de carbono a la atmósfera alcanzará un récord histórico en 2024, reflejando el avance insuficiente en la reducción del uso de combustibles fósiles y el cambio de uso del suelo. Según el informe Global Carbon Budget, el riesgo de superar el límite de 1,5 ºC en la temperatura global aumenta, mientras los sumideros naturales siguen bajo presión.
Investigadores del Instituto Geológico Minero del CSIC explican que, en eventos extremos como la DANA del pasado 29 de octubre, los materiales que arrastra la corriente aumentan los daños causados por las inundaciones.
