Hallada una nueva tortuga en Teruel ‘a la sombra del gigante’

Muy cerca de uno de los mayores saurópodos de Europa, en el yacimiento de Barrihonda-El Humero (Teruel), descansaban los restos fósiles de una pequeña tortuga, la primera de su grupo hallada en España. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis la han bautizado con un nombre que significa ‘a la sombra del gigante’.

Fotografías del caparazón dorsal y ventral de la nueva tortuga (extraídas del artículo).
Caparazón dorsal y ventral de la nueva tortuga. / Adán Pérez-García et al.

Hace entre 160 y 145 millones de años, en el Jurásico superior, las tortugas del grupo Paracryptodira, ‘hermanas’ de las que dieron origen a las actuales tortugas marinas, terrestres y galápagos, vivían en ecosistemas de agua dulce. La apertura del Atlántico norte separó al grupo, dividiendo a los ejemplares entre Norteamérica y Europa.

El nuevo reptil ha sido bautizado como 'Riodevemys inumbragigas', que significa "la tortuga de Riodeva que vivía a la sombra del gigante"

Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis han encontrado fósiles de uno de estos ejemplares en el yacimiento de Barrihonda-El Humero, en la localidad de Riodeva (Teruel). “Es la primera tortuga pleurosternida hallada en España”, afirma Adán Pérez-García, investigador en el departamento de Paleontología de la UCM y uno de los autores del estudio publicado en la revista Journal of Systematic Palaeontology.

En ese mismo yacimiento se encontraron hace unos años los restos de uno de los mayores dinosaurios saurópodos europeos, Turiasaurus riodevensis, de 35 metros de largo y 45 toneladas de peso. En homenaje a su gran vecino, el nuevo reptil ha sido bautizado como Riodevemys inumbragigas, que significa "la tortuga de Riodeva que vivía a la sombra del gigante".

“El holotipo y único ejemplar de esta nueva tortuga corresponde a gran parte de un caparazón así como a escasos huesos apendiculares aislados”, indica Pérez-García. Su región ventral (la parte de abajo) se encontraba en mejor estado que la parte dorsal, cuyas piezas estaban desarticuladas, pero cerca unas de otras, lo que ha permitido conocer la morfología de casi todo el caparazón.

Una tortuga de agua dulce

El pequeño animal, con un caparazón de unos 35 centímetros de longitud, habitaba exclusivamente en ambientes de agua dulce, como era el caso del yacimiento turolense en aquella época.

El pequeño animal, con un caparazón de unos 35 centímetros de longitud, habitaba en ambientes de agua dulce

“Pensamos que la vinculación con el agua dulce condicionó la distribución del grupo, aislando a las poblaciones americanas y europeas cuando se separaron ambos continentes, generándose un océano entre ellos”, sugiere el paleontólogo.

El estudio analiza también por primera vez las relaciones de parentesco del grupo Paracryptodira, teniendo en cuenta sus distribuciones geográficas. “Describimos una nueva familia, Compsemydidae, a la que pertenecen tortugas que vivieron tanto en Norteamérica como en Europa mucho después de la extinción de los Pleurostérnidos”, afirma Pérez-García.

De hecho, “este nuevo grupo convivió con los últimos dinosaurios (descartando las aves) y sobrevivió a su extinción”, concluye el investigador.

Referencia bibliográfica: Adán Pérez-García, Rafael Royo-Torres y Alberto Cobos. “A new European Late Jurassic pleurosternid (Testudines, Paracryptodira) and a new hypothesis of paracryptodiran phylogeny”. Journal of Systematic Palaeontology 13 (4), 2015. DOI: 10.1080/14772019.2014.911212.

Fuente: Universidad Complutense de Madrid
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