El uso para riego de las aguas residuales tratadas sugiere controlar los nematodos para garantizar su calidad y la de los cultivos a los que se aplican. Los nematodos, conocidos vulgarmente como “gusanos redondos”, desempeñan un papel importante como indicadores de la eficacia en los procesos de depuración y de la propia calidad del agua.
Un grupo de investigación del departamento de zoología de la Universidad de Sevilla (US) determina nuevos nematodos que no se han contemplado en las normativas de reutilización en riego. Los nematodos, conocidos vulgarmente como “gusanos redondos”, desempeñan un papel importante como indicadores de la eficacia en los procesos de depuración y de la propia calidad del agua.
Contemplados en normativas y directrices, estos animales además corroboran la relevancia de la bioindicación en unos medios que presentan condiciones especiales como son las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDARs). Asimismo, algunas especies de estos organismos contribuyen a reducir las concentraciones de bacterias y a disminuir la demanda biológica de oxígeno (DBO5).
Carmen Santos Lobatón, profesora de nematología aplicada de la Facultad de Biología, afirma que “se han detectado nematodos parásitos de plantas en aguas residuales, tanto tratadas como sin tratar, que se pueden transmitir a los cultivos a través del riego” siendo además “muy importante que los lodos que se reutilicen como fertilizantes también estén libres de este tipo de nematodos para que estos no lleguen a los cultivos”.
Hasta ahora solo se han considerado en las normativas de reutilización los nematodos parásitos intestinales, dado que suponen un riesgo para la salud pública.
En la actualidad la utilización en agricultura de los productos de depuración de las aguas residuales tiene como objeto hacer frente al reto que constituye incrementar la producción agrícola con un recurso hídrico escaso y disponer de la materia sólida resultante, lodos, como fertilizantes que supondrían la solución a los problemas que conlleva su depósito en vertederos.
Todo esto implica el seguimiento de las recomendaciones, directrices y legislaciones internacionales entre las que se encuentran los análisis nematológicos, aprobados por el Committee on Standard Methods (1985), normalizados para el análisis de aguas potables y residuales en los productos resultantes de estos procesos.
“La presencia de los nematodos es frecuente en el fondo de los depósitos para el tratamiento del agua. Estos organismos se desarrollan en medios ricos en materia orgánica y son resistentes a productos químicos como el cloro en las concentraciones utilizadas en tratamientos convencionales”, explica Santos Lobatón, quien añade que, en un proyecto de investigación en colaboración con la Fundación Centro de las Nuevas Tecnologías del Agua (CENTA) se estudiaron muestras de 23 depuradoras y se detectó una gran abundancia de nematodos pertenecientes a 43 géneros distintos.
Asimismo, estos investigadores han comprobado que con el sistema de fotooxidación se obtiene un descenso en la población de nematodos del 94% en el agua mientras que el número de individuos encontrados en los lodos era muy alto. Con el sistema de floculación este descenso es del 96,64% y, al contrario de lo que ocurre en el caso anterior, la presencia de los nematodos en lodos es muy baja. Por último, Carmen Santos señala que con el tratamiento de resonancia magnética se redujo casi el 100% de estos “gusanos redondos” con una presencia en lodos de dos nematodos por muestra, por lo que no se consideró significativa.
Según demuestra este estudio, corroborado en otros trabajos posteriores, en los sistemas de tratamiento la eficacia en la depuración depende de la puesta a punto y la utilización de mejoras tecnológicas que pueden estar basadas en pequeños cambios sobre los sistemas existentes, proceso en el que los nematodos serían un factor importante como control de esa eficacia y calidad.