La diálisis peritoneal es viable a largo plazo

La experiencia de 30 años observando la función del peritoneo ha permitido extraer importantes conclusiones sobre la viabilidad a largo plazo de la diálisis peritoneal, una técnica que sustituye la actividad de los riñones cuando ya no pueden eliminar las sustancias tóxicas que transporta la sangre.

Diálisis
La diálisis sustituye la actividad de los riñones cuando ya no pueden eliminar las sustancias tóxicas que transporta la sangre. Imagen: Newslighter.

Investigadores de la Red de Investigación Renal (REDinREN), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, han analizado la viabilidad a largo plazo de la diálisis peritoneal tras observar la función del peritoneo durante 30 años.

La diálisis peritoneal, una técnica que sustituye la actividad de los riñones cuando ya no pueden eliminar las sustancias tóxicas que transporta la sangre, se basa en utilizar el peritoneo - una membrana que recubre internamente los órganos abdominales- como filtro para limpiar la sangre de sustancias tóxicas, en lugar de usar los filtros fabricados artificialmente que llevan las máquinas de diálisis.

El problema es que el peritoneo es un tejido vivo, individual y con capacidad de reaccionar ante agresiones. Por eso desde los inicios de la diálisis peritoneal se planteó la duda de si exponer repetidamente el peritoneo a los líquidos necesarios para realizar la diálisis podía inducir cambios en su función o en su anatomía que terminaran siendo perjudiciales para el paciente renal crónico.

Antes existían dudas sobre si exponer repetidamente el peritoneo a los líquidos necesarios para la diálisis podía ser perjudicial

Los expertos querían asegurar su viabilidad estudiando científicamente este tipo de diálisis. Ya en 1994, este mismo grupo de investigadores describió un fenómeno que puede aparecer tras 4 ó 5 años continuados de diálisis peritoneal en el 20-30% de los pacientes.

Es el llamando fenómeno del “alto transporte adquirido” y consiste en que el peritoneo con el tiempo aumenta demasiado su permeabilidad - al aumentar excesivamente la permeabilidad de sus poros- y disminuye su capacidad de extraer el líquido que está retenido en el interior del cuerpo y es necesario eliminar.

Un enigma resuelto

¿Pueden las características personales de cada peritoneo ser las desencadenantes de este fenómeno del transporte adquirido? Esta es la duda que se planteó hace 30 años y que ahora han resuelto los investigadores de la REDinREN, dirigidos por Mª José Fernández-Reyes, jefe de sección de nefrología del Hospital General de Segovia.

“Rotundamente no. Las condiciones basales del peritoneo de cada persona no influyen en la aparición del fenómeno y no influyen en los resultados a largo plazo”, exponen los investigadores.

Las condiciones basales del peritoneo de cada persona no influyen en la aparición de transporte adquirido

Así, se pone fin además a una vieja controversia científica sobre si todos los tipos de peritoneo servían para realizar este tipo de diálisis o si, por ejemplo, los pacientes con peritoneos muy permeables desde el inicio tenían una limitación o peor pronóstico con esta técnica en comparación con la hemodiálisis tradicional.

La gran novedad que aporta esta investigación es precisamente saber que el tipo de peritoneo inicial no influye en los resultados a largo plazo. La investigación que publica la revista Peritoneal Dialysis International fue realizada utilizando la misma metodología en 275 pacientes.

Características del peritoneo

La capacidad de filtración del peritoneo es muy distinta de unos enfermos a otros. Hay pacientes que transportan muy rápidamente los solutos y otros más lentamente, pero la investigación confirma que estas características de transporte peritoneal basal no influyen en la capacidad de utilizar el peritoneo para la diálisis a largo plazo.

Además, en muchos pacientes la situación de alto transporte peritoneal inicial se revirtió por sí sola tras un año en diálisis, sobre todo si no habían sufrido infecciones peritoneales, desapareciendo el problema del alto transporte peritoneal.

Otra gran novedad que aporta esta investigación es haber demostrado cómo la utilización de la icodextrina (un polímero de la glucosa) previene o retrasa la aparición del alto transporte adquirido. Utilizar icodextrina permite no tener que utilizar tanta glucosa para la diálisis peritoneal, glucosa que con el tiempo acaba dañando el peritoneo.

Gracias a conocer el patrón de comportamiento del peritoneo será posible estudiar cómo le afectan nuevos líquidos usados en diálisis, sin necesidad de volver a esperar otros 30 años para poder sacar conclusiones científicas. Bastará con compararlos con los patrones de comportamiento del peritoneo obtenidos durante este tiempo y analizar si los nuevos líquidos para la diálisis representan un avance frente a los anteriores.

Referencia bibliográfica:

M. José Fernández–Reyes, M. Auxiliadora Bajo, Gloria Del Peso, Marta Ossorio, Raquel Díaz, Beatriz Carretero, and Rafael Selgas. “The influence of initial peritoneal transport characteristics, inflammation, and high glucose exposure on prognosis for peritoneal membrane function”. Peritoneal Dialysis International, inPress doi: 10.3747/pdi.2011.00137. 2012.

Fuente: SINC
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