La eliminación de los residuos agrícolas perjudica la calidad del suelo

Un equipo de investigadores ha estudiado el impacto de la eliminación de los residuos agrícolas para entender el rendimiento de los cultivos energéticos en tierras no labradas. Los resultados, que se publican ahora en el último número de Agronomy Journal demuestran que la eliminación de residuos orgánicos repercute de forma negativa en la calidad del suelo.

La eliminación de los residuos agrícolas perjudica la calidad del suelo
La eliminación de los residuos agrícolas puede convertir las tierras no labradas en fuentes en lugar de en sumideros de carbono atmosférico. Foto: Joe Nicora.

“La eliminación de los residuos agrícolas puede convertir las tierras no labradas en fuentes en lugar de en sumideros de carbono atmosférico, incluso en tasas menores al 50%”, afirma Humberto Blanco, autor principal del estudio, e investigador en la Universidad del Estado de Ohio (EE UU).

La eliminación de residuos en tasas menores al 25% puede causar pérdidas de sedimento en las escorrentías en relación con los suelos donde no se eliminan los residuos. Para evitar los efectos negativos en el suelo, los científicos proponen eliminar una pequeña proporción de residuos, pero “no es factible ni económica ni logísticamente”. Blanco recomienda el desarrollo de otras fuentes de biomasa alternativas para la producción de etanol celulósico.

El estudio, que se publica en el último número de Agronomy Journal, descubrió que esta eliminación de residuos procedentes del maíz, el trigo o el sorgo repercutía de manera negativa en la calidad del entorno y del suelo. La eliminación de más del 50% de los residuos agrícolas puede tener consecuencias nefastas para la estructura del suelo: reducir la secuestración de carbono orgánico del suelo, aumentar la erosión del agua y reducir el ciclo de nutrientes y la producción de cultivos, especialmente en suelos inclinados y erosionables.

Cultivo de hierbas como alternativa

Una alternativa a la eliminación de los residuos agrícolas es el cultivo de hierbas de temporada cálida y los cultivos leñosos de corta rotación como cultivos energéticos especializados. Estos cultivos pueden proporcionar una amplia variedad de servicios de ecosistemas sobre la eliminación de los residuos agrícolas.

Los datos disponibles indican que las plantas herbáceas y leñosas pueden mejorar las características del suelo, reducir la erosión del viento y del agua del suelo, filtrar los contaminantes en las escorrentías, secuestrar el carbono orgánico del suelo, reducir las emisiones netas del efecto invernadero y mejorar la diversidad y el hábitat de la fauna y la flora.

Mientras que la eliminación de los residuos agrícolas reduce la concentración de carbono, los cultivos energéticos especializados pueden aumentar la concentración de carbono orgánico del suelo al proporcionar materias primas para biocombustibles. Gracias a sus raíces profundas, las hierbas de temporada cálida pueden fomentar la secuestración de carbono a largo plazo en un perfil de suelo más profundo a diferencia de los cultivos en hilera.

Según los investigadores, los cultivos energéticos especializados en tierras abandonadas y marginales en lugar de en excelentes campos agrícolas pueden beneficiar, además, al suelo y al entorno. Las hierbas de temporada cálida pueden crecer en suelos pobres en nutrientes, compactados, pobremente drenados, ácidos y erosionados.

Aunque los cultivos energéticos de plantas herbáceas y leñosas no pueden sustituir a los bosques naturales y a las praderas nativas, si están bien gestionados, pueden aportar beneficios al suelo y al entorno mientras proporcionan las materias primas necesarias para la producción de etanol celulósico. El desarrollo de la nueva generación de biocombustibles no sólo exigirá nuevas tecnologías para transformarla en combustible, sino también nuevos métodos agrícolas para cultivarla.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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