Las imágenes del programa europeo Copernicus, que comparan el antes y después de la erupción del pasado sábado, muestran que la isla del volcán submarino Hunga Tonga Hunga Ha'apai ha quedado muy dañada tras la violenta explosión: solo quedan dos pequeñas porciones sobre el nivel del mar.
Imágenes satélite capturadas por el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea Copernicus muestran que el volcán de Tonga, cuya violenta erupción provocó un tsunami en el océano Pacífico, ha desaparecido prácticamente tras la explosión registrada el sábado, una de las más potentes en tres décadas.
Hunga Tonga Hunga Ha'apai tuvo una erupción anterior más pequeña entre finales de 2014 y principios de 2015, que hizo que el cráter quedara por encima de la superficie del agua. Ahora, estas fotografías revelan que a raíz de la reciente erupción solo quedan dos pequeñas porciones de tierra sobre el nivel del mar.
At 17:08 UTC yesterday, #Copernicus #Sentinel1 ️captured the 1⃣st image of #HungaTonga after the destructive eruption
— Copernicus EU (@CopernicusEU) January 16, 2022
The volcanic island is almost completely wiped out
⬇️ Comparison before (3 Jan.) / after (image of 15 Jan., ~12 hours after the eruption)#Tonga pic.twitter.com/KA98HTQCBz
Antes de la fuerte explosión, estas dos porciones que sobreviven –parte del cono del volcán submarino– eran mucho más grandes y estaban unidas por una lengua de terreno de hasta 1,2 kilómetros de ancho.
Las comunicaciones con Tonga continúan siendo escasas tres días después de la erupción del volcán, que ocurrió a unos 65 kilómetros al norte de la isla de Tongatapu –la más habitable del archipiélago– y el posterior tsunami. De momento, se ha confirmado al menos dos fallecidos, aunque las autoridades creen que el número de víctimas será mayor.
“Las comunicaciones serán fundamentales para las labores de socorro tras la erupción volcánica del sábado en Tonga. Las fuerzas de defensa australianas y neozelandesas disponen de buques de apoyo que pueden entregar toneladas de suministros. Sin embargo, será necesario coordinar los esfuerzos con otras naciones, como China”, indica Tom Worthington, profesor adjunto de la Universidad Nacional de Australia al Science Media Centre australiano.
Aviones australianos y neozelandeses han sobrevolado parte de Tonga, formada por 169 islas y con 105.000 habitantes, en tareas de reconocimiento para evaluar los daños causados por la erupción y el tsunami, que afectó a las costas de países como Australia, Japón, Chile, entre otros.
“Por lo que sabemos, Tonga ha sufrido daños importantes en casas e infraestructuras, pero no ha habido un gran número de víctimas. Los primeros informes sugieren que el aeropuerto no ha sufrido daños significativos”, comenta Suzanne Wilkinson, profesora de la Universidad de Massey (Nueva Zelanda) en declaraciones al Science Media Centre neozelandés.
Mientras Tonga se enfrenta a esta devastadora catástrofe, la prioridad de las comunidades globales debe ser proporcionar ayuda inmediata que permita salvar vidas. Sin embargo, los expertos coinciden en que es igualmente importante sentar las bases para la recuperación y la resiliencia de las comunidades afectadas a largo plazo.
“Después de proporcionar lo básico para la vida –seguridad, refugio de emergencia, alimentos, agua, suministros médicos y saneamiento– hay que pensar en la recuperación”, añade Wilkinson.
Igual opina Sandeeka Mannakkara, profesora de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda): “Al mismo tiempo que administran las actividades de socorro, las autoridades de Tonga deben comenzar a planificar exhaustivamente las fases de recuperación a corto, medio y largo plazo”.
La violenta erupción del Hunga Tonga Hunga Ha'apai, que lanzó vapor y cenizas a unos 20 kilómetros de altura y creó un tsunami que impactó en varias naciones bañadas por el océano Pacífico, se escuchó a cientos de kilómetros de distancia y puso observarse con claridad desde los satélites en la órbita terrestre.