El estudio se ha publicado en ‘Biological Invasions’

La rata negra no molesta a las aves marinas del Mediterráneo

Las especies invasoras pueblan partes del mundo que no les corresponden debido al ser humano y alteran la biodiversidad desde hace milenios. Ahora un equipo internacional de científicos ha estudiado la influencia de la rata negra en las poblaciones de aves de las islas mediterráneas. A pesar del impacto ambiental de la rata, sólo el pequeño paiño europeo se ve limitado por su histórica convivencia.

La rata negra no molesta a las aves marinas del Mediterráneo
Rata negra (Rattus rattus) en las islas mediterráneas. Foto: Lise Ruffino /SINC.

Un equipo europeo ha analizado cerca de 300 islas del Mediterráneo occidental y ha confirmado que la presencia de ratas negras (Rattus rattus) influye en el número de aves marinas. La colonización masiva de ratas es perjudicial para la biota autóctona de las islas, ya que causan un 68% del riesgo de extinción de las aves marinas procelariformes (con orificios nasales cilíndricos y patas palmeadas con tres-cuatro dedos).

A pesar de que las ratas se han introducido durante 2.000 años en las islas mediterráneas, “no se ha constatado ninguna extinción de especies de aves marinas desde que se introdujeron en las islas de esta cuenca”, señala a SINC Lise Ruffino, autora principal e investigadora en el Instituto Mediterráneo de Ecología y Paleoecología (IMEP) de la Universidad de Paul Cézanne (Francia).

El estudio, que se ha publicado recientemente en Biological Invasions, evalúa más del 50% de las islas del Mediterráneo occidental. En él, los científicos demuestran que sólo el 31% de las islas mediterráneas pequeñas (inferiores a cinco hectáreas) o islotes permanece libre de ratas. En realidad, el 99% de las islas superiores a 30 hectáreas están invadidas por las ratas negras y su convivencia con cuatro procelariformes ha producido un grave impacto en la supervivencia de estas aves.

De las cuatro especies analizadas, pardela cenicienta mediterránea (Calonectris diomedea diomedea), pardela mediterrénea (Puffinus yelkouan), pardela balear (Puffinus mauretanicus), y paiño europeo mediterráneo (Hydrobates pelagicus melitensis), “la única que pareció verse limitada por la presencia de la invasora fue el pequeño paiño europeo, y a escala regional”, apunta Ruffino.

Según la bióloga, “la presencia y abundancia de las otras tres pardelas estuvo más influenciada por las características propias de las islas”. Las islas mediterráneas muestran un nivel bajo de aislamiento geográfico, por lo que la larga convivencia ha podido ser más fácil por su configuración biogeográfica.

Mariano Paracuellos, otro de los autores del estudio e investigador en el Grupo de Investigación de Ecología Acuática y Acuicultura adscrito a la Universidad de Almería asegura que se han creado refugios y factores barrera intra-insulares que han limitado las interacciones con las ratas: “Éstas han sido vías de escape en una convivencia que, de otro modo, podría verse seriamente afectada”.

La presencia creciente de especies invasoras en el mundo es una de las principales amenazas para la conservación global de la biodiversidad. Uno de los casos más destacados es el de la rata negra, introducida con éxito a lo largo de los últimos miles de años en el 80% de las islas del planeta.

-------------------------------------

Referencia bibliográfica:

Ruffino, L.; Bourgeois, K.; Vidal, E.; Duhem, C.; Paracuellos, M.; Escribano, F.; Sposimo, P.; Baccetti, N.; Pascal, M.; Oro, D. “Invasive rats and seabirds after 2,000 years of an unwanted coexistence on Mediterranean islands” Biological Invasions 11(7): 1631-1651 agosto de 2009.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

Solo para medios:

Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.

Artículos relacionados