Este sábado se ha puesto en órbita el satélite Sentinel-6A Michael Freilich tras despegar desde EE UU a bordo de un cohete de SpaceX. Su potente altímetro radar ofrecerá mediciones sobre el ascenso de los océanos, un problema global que amenaza el modo de vida de los millones de personas que viven en las costas.
En la misma semana que ha fallado el lanzamiento de un cohete Vega desde la Guayana Francesa, perdiendo la misión española Ingenio y otra francesa, un cohete reutilizable Falcon 9 de la compañía Space X ha puesto en órbita con éxito el satélite Sentinel-6 del programa europeo Copernicus de observación de la Tierra.
El despegue se realizó desde la base de las fuerzas aéreas estadounidenses Vandenberg en California (EE UU) a las 18:17 h (hora peninsular española) del 21 de noviembre. Apenas una hora después ya estaba en órbita este nuevo satélite, denominado oficialmente Sentinel-6 Michael Freilich en honor a este ex-director de la División de Ciencias de la Tierra de la Nasa fallecido este año.
“Sentinel-6 continuará con las mediciones del nivel del mar, tan necesarias para comprender y vigilar la preocupante tendencia de aumento de los mares”, ha destacado Josef Aschbacher, director de Programas de Observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Dado que millones de personas viven en comunidades costeras a lo largo y ancho del planeta, la subida del nivel del mar es una de las mayores preocupaciones asociadas al cambio climático. Vigilar la altura de la superficie marina es clave para comprender los cambios que están teniendo lugar, de modo que los responsables de la toma de decisiones dispongan de pruebas para desarrollar las políticas apropiadas y así contener el cambio climático y que las autoridades puedan tomar medidas para proteger a las comunidades vulnerables.
Durante las últimas tres décadas, las misiones franco-estadounidenses Topex-Poseidon y Jason han servido de referencia y, en combinación con las anteriores misiones ERS y Envisat de la ESA, así como las actuales CryoSat y Sentinel-3 de Copernicus, han mostrado cómo el nivel del mar ha ido aumentando 3,2 mm de media por año. Y lo que es aún más preocupante, este aumento se ha acelerado en los últimos tiempos hasta los actuales 4,8 mm de media por año.
Sentinel-6 Michael Freilich pronto recogerá el testigo y ampliará este conjunto de datos, que actualmente constituye el estándar para los estudios del clima. La misión comprende dos satélites idénticos lanzados secuencialmente, por lo que dentro de cinco años se lanzará Sentinel-6B para continuar la labor. En conjunto, la misión garantizará la continuidad de los datos hasta, como mínimo, 2030.
Cada satélite transporta un altímetro radar, que mide el tiempo que tardan los pulsos de radar en viajar hasta la superficie de la Tierra y regresar al satélite. Las mediciones altimétricas, tras combinarse con datos precisos de posicionamiento satelital, indican la altura de la superficie marina.
El paquete de instrumentos de los satélites también incluye un avanzado radiómetro de microondas, que mide la cantidad de vapor de agua en la atmósfera, lo que afecta a la velocidad de los pulsos de radar del altímetro.
Aunque los sistemas heredados han sido clave para el diseño de la misión, Sentinel-6 incorpora por primera vez un radar de apertura sintética a la serie de misiones de referencia en altimetría. Para no introducir sesgo en los datos cronológicos, el instrumento de radar opera en modo de ráfaga continua, proporcionando al mismo tiempo mediciones convencionales en modo de baja resolución y las prestaciones mejoradas del procesamiento por radar de apertura sintética.
Sentinel-6 operando con su altímetro radar. / ESA
Para garantizar que la serie cronológica de datos sea continua a pesar de las distintas tecnologías empleadas, el nuevo satélite, que pesa de 1,2 toneladas, pasará su primer año en órbita volando tan solo 30 segundos por detrás de Jason-3.
Orbitando a una altitud de más de 1.300 km y a 66° N y 66° S, Sentinel-6 proporcionará mediciones suficientes para cartografiar la altura de la superficie marina de más del 95 % de los océanos libres de hielo del planeta cada diez días.
Aunque Sentinel-6 forma parte de la familia de misiones Copernicus de la Unión Europea, su implementación es el resultado de una cooperación de la ESA con la Comisión Europea, la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (Eumetsat), la NASA, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia.
Algunas empresas españolas, como Airbus España (que ha participado en la estructura y cableado del satélite) y la catalana isardSAT forma parte del consorcio internacional.
Timo Pesonen, director general adjunto de Industria de Defensa y Espacio (DG DEFIS) de la Comisión Europea, ha dado la bienvenida a este nuevo satélite “que suministrando información y productos avanzados sobre los océanos y la atmósfera mejorará la vida diaria de nuestros ciudadanos”.
La ESA ha sido responsable del desarrollo del altímetro radar de Poseidon-4 y de la totalidad del satélite Sentinel-6 Michael Freilich de Copernicus, así como de proporcionar el satélite Sentinel-6B de Copernicus por cuenta de la Comisión Europea y Eumetsat.
La propiedad se transfiere a la Comisión Europea en el momento del despegue. La ESA se ocupa de la fase de órbita temprana y de la planificación de la verificación en órbita, y da apoyo a las operaciones de vuelo realizadas por Eumetsat. Esta es responsable del desarrollo del segmento de tierra y de las operaciones de las fases de lanzamiento y órbita temprana, además de procesar los datos y suministrar los servicios y productos de datos a los usuarios europeos.
Alain Ratier, director general de Eumetsat, ha afirmado: “Los datos de este Sentinel serán los más precisos hasta la fecha y se utilizarán para comprender mejor la subida del nivel del mar en el mundo, un indicador clave del cambio climático. Los datos también se emplearán para la previsión meteorológica, desde la mejora de la precisión de los pronósticos estacionales hasta la predicción del trayecto de huracanes y ciclones”.
Por su parte, la NASA es responsable de los servicios de lanzamiento, el desarrollo del radiómetro de microondas, el retrorreflector láser y el receptor de ocultación de radio GNSS. También proporciona apoyo en el segmento de tierra y contribuye a las operaciones y procesamiento de datos en EE UU y, junto a la NOAA, compartirá la responsabilidad de distribuir los productos de datos a los usuarios en este país.
“Mike Freilich contribuyó a que la NASA estableciera colaboraciones sólidas con científicos y agencias espaciales de todo el mundo, y su amor por la oceanografía y las ciencias de la Tierra nos han ayudado a comprender mejor nuestro bello planeta”, explica Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la NASA para Ciencia.
“Este satélite, al que nuestros socios europeos han tenido la gentileza de dar su nombre, llevará a cabo ese trabajo fundamental en el que tanto creía Mike, sumándose al legado de datos cruciales disponibles sobre nuestros océanos y haciendo que avance a beneficio de las futuras generaciones”.