Según investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), las normas sociales dictan que los hombres deben ayudar a las mujeres, pero que esto no tiene porque cumplirse en situaciones de vida o muerte. Un estudio, publicado en la revista PNAS, demuestra que, en contra de lo que se pensaba, la supervivencia de mujeres y niños es menor que la de los hombres en los naufragios.
Desde el hundimiento del Titanic donde se salvaron tres veces más mujeres que hombres, se asume que existe una ley del mar no escrita que dicta: 'las mujeres y los niños primero'. Una investigación que publica esta semana la revista PNAS y elaborada por científicos de la Universidad de Uppsala (Suecia) demuestra que, en realidad, cuando hay un naufragio la actitud dominante es la de ‘sálvese quien pueda’.
“Existen normas sociales que promueven la equidad y la cooperación entre los seres humanos y se ven reflejadas en actitudes como la donación altruista de órganos y sangre”. Pero para Mikael Elinder y Oscar Erixson, autores del trabajo, “las normas son distintas para hombres que para mujeres”. Los investigadores escriben en su artículo que en situaciones de emergencia, “en general se asume que los hombres ayuden y que las mujeres esperen esa ayuda”.
De todos modos, “los seres racionales tienden a comparar el beneficio y el riesgo que implica ayudar a alguien por lo que si ayudar implica un incremento en el riego de muerte parece más lógico que cualquier individuo se salve a sí mismo antes de ayudar a otro”, comentan los científicos.
Los investigadores pensaron que los desastres marítimos eran un buen modelo para estudiar empíricamente la actitud de las personas en una situación de vida o muerte. Elinder y Erixson Snalizaron los datos de 16 naufragios sucedidos entre 1852 y 2011 en los que estuvieron implicados más de 15.000 pasajeros de más de 30 nacionalidades distintas, en total.
Los niños tienen la menor tasa de supervivencia
Los resultados demuestran que los niños son los que tienen una tasa de supervivencia menor y que las mujeres tienen desventaja frente a los hombres ya que su índice de supervivencia es aproximadamente la mitad. La tripulación y el capitán se salvan más que los pasajeros.
Según los datos de Elinder y Erixson, el capitán sí tiene el poder de hacer cumplir la norma de ‘las mujeres y los niños primero’ durante un hundimiento, “la figura del líder tiene un papel clave en el desarrollo de un desastre”, afirman.
Ni la duración del viaje, ni la del desastre, ni la cantidad de mujeres a bordo, tienen influencia alguna en la aplicación de las normas sociales, por lo que no afectan a la tasa de supervivencia de las mujeres.
“También hemos descubierto que esta diferencia en la supervivencia de género es menor después de la Primera Guerra Mundial –comentan los autores–, y seguramente es un reflejo de la mejora en el estatus social de la mujer”.
La conclusión de este estudio es que la conducta de la tripulación y los pasajeros durante el hundimiento del Titanic es la excepción que confirma la norma que parecen seguir los naufragios.
Referencia bibliográfica:
Elinder M.; Erixson O. “Gender, social norms and survival in maritime disasters” PNAS julio de 2012. DOI: 10.1073/pnas.1207156109
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