Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU han introducido en su web una actualización reconociendo la posibilidad de contagio de la covid-19 por el aire a través de aerosoles en espacios cerrados. En una carta publicada anoche en la revista Science, un equipo de científicos también hacía hincapié en llevar las actividades al exterior y en mejorar la ventilación en interiores.
Coincidiendo con la publicación en la revista Science de una carta donde un grupo de científicos solicitan más atención a la transmisión por el aire del coronavirus, este lunes los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU han actualizado la información de su web sobre cómo se transmite la covid-19 y publicado una nota sobre la transmisión potencial del virus SARS-CoV-2 por vía aérea.
Después de que en septiembre publicaran por error un borrador admitiendo esa posibilidad, los CDC aceptan ahora que el coronavirus puede pasar de una persona a otra a través de los aerosoles (diminutas partículas que emitimos al respirar y se mantienen un tiempo en el aire) en determinadas circunstancias.
“Existe evidencia de que, bajo ciertas condiciones, personas con covid-19 parecen haber infectado a otras que estaban a más de 6 pies (1,83 metros) de distancia. Estos contagios ocurrieron dentro de espacios cerrados que tenían ventilación inadecuada. A veces, la persona infectada respiraba con dificultad, por ejemplo, mientras cantaba o hacía ejercicio”, indican.
“Bajo estas circunstancias –puntualizan–, los científicos creen que la cantidad de partículas y gotitas infecciosas más pequeñas producidas por las personas con covid-19 se concentraron lo suficiente como para transmitir el virus a otras personas, que estaban en el mismo espacio en ese momento o poco después de que la persona con covid-19 se fuera”.
Ese escenario en lugares cerrados es una de las circunstancias bajo las cuales parece haber ocurrido la transmisión aérea del SARS-CoV-2, así como la exposición prolongada a partículas respiratorias, a menudo generadas con esfuerzo espiratorio (por ejemplo al gritar, cantar –se han documentado varios casos en coros– o hacer ejercicio) y una ventilación o manejo del aire inadecuados que permitieron la acumulación de las pequeñas gotas y partículas respiratorias en suspensión.
Pero desde los CDC se insiste: “Los datos disponibles indican que es mucho más común que el virus que causa covid-19 se propague a través del contacto cercano con una persona que tiene la enfermedad que a través de la transmisión aérea”.
Sin embargo, aunque aún no existe consenso entre los expertos sobre si los aerosoles pueden trasmitir más el virus que las gotitas de saliva, un equipo de científicos ha pedido de manera urgente armonizar este debate sobre los modos de transmisión en una carta publicada en la revista Science.
El grupo, liderado por Kimberly A. Prather, de la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego (EE UU), señala que existe una evidencia “abrumadora” de que la inhalación del SARS-CoV-2 representa una gran vía de transmisión de la covid-19. Pero para asegurar unas estrategias efectivas de control, indican que se debe orientar de manera “clara y consistente” a las personas.
Una de las maneras para lograrlo es aclarar la terminología para diferenciar entre aerosoles y gotitas, algo que también consideran los expertos de los CDC, aunque no entran en el tamaño exacto de las partículas en sus actualizaciones.
Los firmantes piden que el límite entre ambos se establezca en 100 micras, y no en las históricas 5 micras (contempladas todavía por la OMS y los propios CDC). “Este tamaño separa de modo más efectivo su comportamiento aerodinámico, la capacidad de ser inhalado y la eficacia de las intervenciones”, subrayan en la carta los autores.
Los virus que se encuentran en las gotitas de saliva (de más de 100 micras) suelen caer al suelo en segundos y a menos de dos metros de distancia del emisor. A menor distancia pueden ser rociadas como “diminutas balas de cañón”, apuntan los autores, liderados por Prather, directora del Centro para Impactos de Aerosoles en la Química del Medio Ambiente de la universidad estadounidense.
Debido a su limitado margen de propagación, el distanciamiento físico “reduce la exposición de estas gotitas”. Sin embargo, con los virus en aerosoles (de menos de 100 micras) no ocurre lo mismo. Estos pueden permanecer suspendidos en el aire durante segundos hasta horas, como el humo, y terminar siendo inhalados.
“Están altamente concentrados cerca de la persona infectada, por lo que pueden infectar a la gente más fácilmente a una distancia corta”, recalcan. Pero los aerosoles también pueden desplazarse a más de dos metros y acumularse en espacios cerrados poco ventilados.
Los científicos señalan en su carta que las personas con covid-19, la mayoría de ellas sin síntomas, liberan miles de aerosoles cargados de virus y muchas menos gotitas cuando respiran o hablan. “Es más probable inhalar aerosoles que ser rociado por una gotita”, advierten los investigadores, que piden que se cambie la atención hacia la transmisión por el aire del virus.
Además de las mascarillas, la distancia social y la higiene de manos, los investigadores reclaman medidas de salud públicas urgentes para orientar las actividades al exterior, mejorar la ventilación y filtración en interiores, y proteger a los trabajadores de alto riesgo.
Los CDC comparten las mismas medidas para prevenir la transmisión aérea del coronavirus. Recomiendan la ventilación y evitar los espacios interiores abarrotados, además de las medidas ya conocidas de distanciamiento social, uso de mascarillas, higiene de manos y desinfección de superficies.
“Por el momento, no hay indicios de que la comunidad en general necesite utilizar controles de ingeniería especiales, como los necesarios para protegerse contra la transmisión aérea de infecciones, como el sarampión o la tuberculosis, en el ámbito sanitario”, señalan desde los CDC.
Sin embargo para los autores de la carta de Science “es importante reconocer esta vía para que los esfuerzos se puedan centrar en limpiar el aire y brindar orientación sobre cómo evitar zonas interiores de riesgo”, explica Prather. “El objetivo de esta carta es dejar claro que el virus SARS-CoV-2 viaja por el aire y las personas pueden infectarse por inhalación”, añade.
Cuando las personas no pueden mantener la distancia social en entornos cerrados “es esencial que usen mascarillas en todo momento”, advierte la coautora Linsey Marr, profesora de Ingeniería Civil y Ambiental en Virginia Tech (EE UU) y experta en transmisión aérea de virus. “No es solo una cuestión académica, sino una ayuda a reducir la transmisión si se ofrece una guía clara y contundente al respecto”, concluye.