Los adictos a la cocaína y la heroína tienen un 60% menos de probabilidades de encontrar trabajo

Investigadores gallegos han analizado datos proporcionados por el Servicio Gallego de Salud y han demostrado que la probabilidad de que un adicto a drogas ilegales sea contratado es un 58,4% menor que la de otro aspirante.

Los adictos a la cocaína y la heroína tienen un 60% menos de probabilidades de encontrar trabajo
Los adictos a la cocaína y la heroína tienen un 60% menos de probabilidades de encontrar trabajo. Foto: SINC

Investigadores gallegos han analizado datos proporcionados por el Servicio Gallego de Salud y han demostrado que la probabilidad de que un adicto a drogas ilegales sea contratado es un 58,4% menor que la de otro aspirante.

Hasta ahora, los estudios que relacionan el consumo de drogas y la productividad de un trabajador han obtenido resultados diversos e incluso confrontados. Recientemente, un grupo de científicos de la Universidad de La Coruña y de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales de la misma ciudad ha demostrado que estas adicciones disminuyen la probabilidad de contratación en un 58,4%.

El trabajo, publicado en la revista Applied Economics Letters, analiza el impacto del uso de drogas que crean dependencia en la posibilidad de ser seleccionado por una empresa.

Los investigadores han tenido en cuenta únicamente las “drogas clasificadas como de dependencia”, indica a SINC María Berta Rivera, una de las autoras del estudio e investigadora de la Universidad de La Coruña. Los casos se refieren al consumo de heroína, de cocaína, de aquellas sustancias cuya base es la cocaína, y los consumos mixtos de ambos tóxicos.

Los casos utilizados en el ensayo fueron extraídos de los registros clínicos de las Unidades Asistenciales de Drogodependencia (UADs) del Servicio Gallego de Salud, cuyo personal realiza encuestas a los pacientes en el momento en que son ingresados.

Los expertos seleccionaron aquellos usuarios clasificados como “consumidores problemáticos –aclara Rivera–. Hemos utilizado únicamente los casos de empleo patológico de drogas, es decir, con una frecuencia diaria”, añade la científica.

Los autores consideran que desde un punto de vista socioeconómico los resultados revelan el gran coste individual y colectivo que originan los problemas de salud y sociales asociados al consumo habitual de drogas ilegales.

“Es una productividad perdida, puesto que, en su mayoría, estamos hablando de población joven en edad de trabajar”, recalca la investigadora.

Estos mismos autores ya habían realizado estudios anteriores donde estimaban el coste monetario de la pérdida de productividad en función del tipo de profesión.

“Un inicio temprano en el consumo de drogas tiene efectos importantes en la empleabilidad futura”

Una relación complicada

“Para estudiar la relación entre variables se utilizan modelos de tipo probabilístico”, explica Rivera. La dificultad de este tipo de análisis radica en determinar la dirección que toma la dependencia entre dos o más factores.

En el caso del consumo de drogas y el trabajo, “puede existir una relación bidireccional entre ambas variables –aclara la investigadora–. En este caso, la influencia sería recíproca. ¿Tiene un desempleado mayores incentivos para ser consumidor o es el consumo el que determina la capacidad de empleo?”.

“La metodología que hemos utilizado permite establecer la relación en el sentido de la segunda afirmación, y por lo tanto poder obtener las conclusiones expuestas en el artículo”, recalca Rivera.

El consumo de drogas es lo que se denomina una variable endógena, es decir, está determinada por otras magnitudes que deben introducirse a su vez en el modelo inicial.

Entre ellas se encuentran la edad a la que comenzó la adicción. “Un inicio temprano en el consumo de drogas tiene efectos importantes en la empleabilidad futura”, aclara Rivera. El nivel de educación “influye de manera positiva en la reducción de la probabilidad de ser un consumidor frecuente de drogas de dependencia” y el estado civil “también determina la probabilidad de consumo de drogas y su intensidad”.

Además, los autores tuvieron en cuenta la salud de los usuarios. “El padecimiento de enfermedades crónicas, como el VIH o la hepatitis, reduce la probabilidad de estar trabajando”, señala.

El modelo probabilístico demostró que todas estas características del adicto reducen la probabilidad de que sea seleccionado para trabajar en una empresa, lo que permite a los expertos afirmar que es el consumo de drogas el que afecta de manera negativa a la probabilidad de encontrar un empleo.

Referencia bibliográfica

Berta Rivera, Bruno Casalab, Luis Curraisc, Paolo Rungoc ‘Illicit drug use and labour market participation: evidence of simultaneity'. Publicado en Applied Economics Letters 14 de agosto de 2013.

Fuente: SINC
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