Un estudio ha analizado los mensajes difundidos sobre esta enfermedad en las redes sociales X y Weibo. Según sus resultados, aunque la desinformación y los engaños son generalizados, el contenido basado en evidencia científica genera más compromiso por parte de los usuarios.
El brote de Mpox clade 1b ha sido declarado emergencia de salud pública mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a que esta variante es más contagiosa y mortal que las anteriores. Además, tiene una alta incidencia en la infancia. Los esfuerzos en la actualidad están centrados en evitar que se extienda fuera de África.
Un grupo de investigación, formado por doce científicos de distintas universidades, ha analizado la naturaleza y el impacto del contenido relacionado con el Mpox en las redes sociales X y Weibo. El objetivo fue conocer cómo se moldea la percepción pública en la era digital.
Gran parte de los bulos de esta enfermedad se centran en atribuir el contagio a las relaciones entre hombres, sin haber pruebas de ello
“Como en ocasiones anteriores, (el VIH, por ejemplo) al principio gran parte de los bulos de esta enfermedad se centran en atribuir el contagio a las relaciones entre hombres, sin haber pruebas de ello. De hecho, casi la mitad de contagiados se detectaron en menores, incluso gran parte de los 0 a los 4 años. Pero también se fomentan otros bulos, como que es un falso peligro para controlar a la ciudadanía”, declara a SINC Mar Joanpere Foraster, investigadora de la Universitat Rovira i Virgili y coautora del estudio.
El trabajo analizó 3.089 mensajes publicados entre el 12 de agosto y el 16 de agosto de 2024 e hicieron un seguimiento de todos los países usuarios de X y Weibo, a través de la herramienta Social Media Analytics.
Los resultados, publicados en la revista Masculinities and Social Change, muestran que, si bien los bulos en torno al Mpox son frecuentes en las dos redes sociales, los mensajes que contienen pruebas científicas reciben más interacción.
Destaca el interés del público por información confiable, a pesar de la presencia generalizada de contenido engañoso
“Este hallazgo es significativo, ya que destaca el interés del público por información confiable, a pesar de la presencia generalizada de contenido engañoso”, dice la científica.
Los investigadores hallaron también que en los medios sociales occidentales había más información falsa y menos pruebas científicas que en la plataforma china Weibo. “En general la red social china tiene menos bulos y más evidencias que X, pero en este caso, tiene mucha más atribución a los contagios. Por tanto, la proporción de bulos podría decirse que es similar a X”, apunta.
En 2020, una investigación de las universidades de Barcelona y Deusto sobre las noticias falsas de la SARS-CoV-2 en estas mismas redes sociales determinó que se publican y comparten más noticias falsas en X que en Weibo.
“Al compara bulos y evidencias en Twitter (ahora X) y Weibo existen dos diferencias fundamentales: hay más evidencias científicas tanto en X como en Weibo y se reproducen más que los bulos si se compara con la covid-19. Por otro lado, en 2020 había muchos menos bulos y muchas más evidencias en el Weibo chino que en el Twitter occidental, mientras que ahora es similar. Esto se debe, en parte, porque el bulo de su atribución a relaciones entre hombres está más extendido en China que en occidente”, añade la experta.
El creciente número de activistas a favor de la ciencia que hay en las redes es una alianza potencial extraordinaria para las autoridades que sepan verlo
Según los investigadores, esta investigación permitió identificar a los activistas sociales por la ciencia en los medios sociales, que multiplicaban su impacto cuando los científicos les proporcionaban pruebas. Además, los hallazgos contribuyen a la comprensión de la crisis sanitaria y subrayan la necesidad de que los responsables de estas decisiones aúnen esfuerzos con los ciudadanos para cocrear estrategias de comunicación basadas en la evidencia.
“Las autoridades están más pendientes de los medios que de las redes sociales, tienen una imagen muy negativa de las mismas. Sin embargo, en esta ocasión, y también ocurrió al principio del covid-19, hay más evidencias científicas y se reproducen más”, recalca Joanpere Foraster.
“Concretamente, el creciente número de activistas a favor de la ciencia que hay en las redes es una alianza potencial extraordinaria para las autoridades que sepan verlo y sean ágiles como para actuar”, concluye.
Referencia:
“Mpox 1b: Upstanders for Science in Western and Chinese Social Media”. Masculinities and Social Change.