Un equipo internacional, con participación del Centro de Astrobiología (CSIC- INTA), ha encontrado la primera evidencia en el espacio de una molécula basada en el gas noble argón. En concreto, hidrilo de argón (ArH+), según las observaciones efectuadas en la Nebulosa del Cangrejo con el observatorio espacial Herschel.
Una de las bases en las que se asienta la astrofísica para interpretar lo que se observa en el universo es considerar que todos los elementos que conocemos en la Tierra son los mismos que se podrían encontrar en cualquier otra galaxia. También que los átomos y moléculas deben ser los mismos, pero hasta ahora había una clase que no se había encontrado: la que se compone de los gases nobles, los que están a la derecha de la tabla periodica (helio, neón, argón, kriptón, xenón y radón).
Ahora, un estudio liderado por Michael Barlow del University College London (Reino Unido) ha encontrado la primera evidencia de uno de estos componentes en el espacio al detectar la emisión de hidrilo de argón (ArH+), un ión molecular que contiene el gas noble argón, en la Nebulosa del Cangrejo. Los resultados se publican en la revista Science. En el trabajo, basado en datos obtenidos con el Observatorio Espacial Herschel de la ESA, participa José Cernicharo, profesor de Investigación del CSIC en el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA).
“Este tipo de moléculas se habían producido en los laboratorios pero no se sabía si en el espacio existían condiciones adecuadas para su formación. Ahora sabemos que sí y este descubrimiento permitirá estudiar mucho más en detalle la interacción de las supernovas con el medio que las rodea”, destaca Cernicharo.
El compuesto encontrado está basado en el isótopo de argón con masa atómica 36 (36Ar) a diferencia del 40Ar que es el que se encuentra habitualmente en la Tierra. Esto es porque el 40Ar terrestre proviene de la desintegración del potasio, mientras que el 36Ar, que en el espacio es el más abundante, se produce abundantemente en las explosiones de supernova.
La Nebulosa del Cangrejo (Messier 1) es una estructura filamentosa y difusa en la constelación de Taurus formada tras la explosión de una supernova observada en 1054 por astrónomos chinos.
Los gases nobles, all tener su nivel exterior de electrones completo (dos en el caso del helio y ocho para el resto), normalmente se encuentran en la naturaleza en forma aislada pues su capacidad para reaccionar con otros elementos y formar compuestos es muy reducida. Pero no nula y en el laboratorio se ha estudiado un buen número de moléculas formadas por gases nobles.
A pesar de que el espacio parece ser un buen laboratorio químico en el que se produce una variada serie de compuestos, desde las moléculas más sencillas y abundantes como el agua (H2O) o el dióxido de carbono (CO2), hasta grandes moléculas orgánicas como los PAH o algunos aminoácidos, en el caso de los gases nobles las cosas no son tan simples.
Así, aunque ya se habían detectado átomos o iones de gases nobles, hasta ahora no se había encontrado ninguno de los compuestos basados en gases nobles lo que sugería que estos elementos requieren un mayor tiempo de reacción con otras especies en el espacio.
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