¿Prevenir o curar? Esta alternativa está siempre presente en la investigación sobre nuevos fármacos para hacer frente a una enfermedad. Pero antes hay que conocer cómo funciona la enfermedad misma, para saber si se puede revertir o no y centrar los esfuerzos en obtener medicamentos que prevengan o curen.
En este ámbito trabaja Jesús Ávila de Grado, director del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, que ha ofrecido la conferencia inaugural del ciclo de charlas de Actualidad Científica organizado por la Universidad de León. El experto trabaja en modelos animales (ratones) para reproducir la enfermedad de Alzheimer, sobre todo el mecanismo que produce la demencia, y ensayar en ellos nuevos fármacos. "Algunos ya se encuentran en fase clínica", asegura.
Ávila, Premio Nacional de Investigación Ramón y Cajal 2004, declaró a DiCYT que su grupo de investigación está centrado en la búsqueda de fármacos que tienen que ver con la patología provocada por la proteína Tau. "El Alzheimer es una demencia senil caracterizada por la presencia de dos estructuras aberrantes en el cerebro de los pacientes", explicó el investigador del CSIC. "Una de ellas son las placas seniles, depósitos de péptidos (trozos de proteínas). La otra son los ovillos neurofibrilares, más relacionadas con la demencia. Éstas últimas están formadas por la proteína Tau, que forma parte del citoesqueleto de la célula (armazón de la célula)".
Según Ávila, cuando esta proteína Tau se expresa de forma irregular ("se fosforila o se agrega demasiado", en sus palabras) puede formar este tipo de ovillos. Así, "estudiamos agentes que eviten la fosforilación o regulen la agregación de la proteína Tau". El investigador aclaró que este mecanismo está detrás no sólo de la demencia en el Alzheimer, sino de otros síntomas similares en otras dolencias (las denominadas "Taupatías"). Sin embargo, Ávila reconoció que "conocemos poco sobre la demencia". "La fosforilación de Tau está provocada por unas proteínas llamadas quinasas, y se puede revertir con otras llamadas fosfatasas", aseguró el científico. "Nosotros trabajamos sobre estas quinasas".
Dificultad
Los fármacos basados en las quinasas se ensayan en modelos animales, ratones de laboratorio que reproducen la enfermedad de Alzheimer, algo que "no es sencillo". Según Ávila, podemos hacer modelos que expresan la patología en una parte específica del organismo utilizando promotores, sustancias que hacen que, de todo el genoma, se exprese sólo una determinada proteína en un tejido concreto y no en el resto". Así, los investigadores pueden expresar la demencia en el hipocampo y en la corteza cerebral, "las zonas más afectadas por el Alzheimer".
"También podemos hacer lo que se conoce como modelos condicionales, donde conseguimos que las patologías se expresen cuando queramos", añadió Ávila. Esto se puede conseguir incuyendo determinadas sustancias en la comida del animal que desencadenen la enfermedad, por ejemplo. Según el investigador del CSIC, "esto es importante porque podemos observar si la patología es reversible si desaparece la causa que la motivó, comprobar si es reversible el proceso". Para Ávila, poder comprobar esta característica puede "ayudar dirigir los esfuerzos a encontrar compuestos preventivos o curativos".