Los radares inteligentes ya son una realidad

Un profesor de la Universidad de Alcalá aplica Inteligencia Artificial (IA) para diseñar un sistema capaz de detectar de forma automática y autónoma embarcaciones de distintos tipos en entornos marinos mediante radar.

Los radares inteligentes ya son una realidad
Esquema que resume la finalidad del sistema. Imagen: Vicen et al.

Raúl Vicen, profesor del departamento de Teoría de la Señal y Comunicaciones de la Universidad de Alcalá y miembro investigador del grupo SSP (Sound Signal Processing Group), lleva años trabajando en la aplicación de la IA a la resolución de problemas de ingeniería de distinta índole.

Fruto de ello y del trabajo realizado junto a otros investigadores y a Rubén Carrasco, uno de sus estudiantes de trabajo de fin de carrera, ha publicado recientemente un artículo en la revista internacional Sensors sobre una de sus líneas de investigación: eliminación de la información referente al oleaje en entornos marinos cambiantes con la finalidad de detectar de forma automática y autónoma distintos tipos de embarcaciones.

Para ello, han desarrollado un módulo software para su integración en sistemas radar. “El sistema radar con el que trabajamos está localizado en una plataforma de investigación en alta mar y explora el entorno que le rodea. Mediante el diseño apropiado de este software, el sistema analiza de forma inteligente su entorno, centrándose en los barcos que atraviesan su zona de cobertura.

De este modo, el sistema distinguirá automáticamente lo que es un barco y lo que no lo es (oleaje) para determinar finalmente el posicionamiento de la embarcación, así como su forma y tamaño. Concretamente, la ventaja de esta herramienta de detección de embarcaciones radica en la eliminación de forma inteligente del oleaje respecto del barco”, explica Vicen.

El principio básico de funcionamiento de este software se basa en el aprendizaje del cerebro humano. De este modo, se parte de un sistema que carece de conocimiento alguno del entorno que le rodea y que es entrenado a lo largo del tiempo de una manera supervisada y controlada, enseñándole qué es una embarcación y qué es el oleaje. Finalmente, el sistema es capaz de trabajar de forma completamente autónoma. “Es como cuando a un niño pequeño le explicamos qué es un barco.

En ese momento, las barquitas de remo del parque de El Retiro madrileño son barcos para él pero, con el tiempo, si ese niño va a un puerto sabrá que lo que ve son barcos más grandes, aunque nadie se lo haya especificado”, señala Vicen. La Inteligencia Artificial se centra precisamente en la capacidad de un sistema virtual de aprender y, en función de lo aprendido, extrapolar el conocimiento a otros entornos para poder tomar decisiones lo más apropiadas posible.

Entre las ventajas que aporta este software destaca la robustez de su funcionamiento ante distintos entornos marítimo. Es decir, su capacidad de mantener sus prestaciones de detección ante condiciones variables de funcionamiento, implicando distintos estado de la mar (mar en calma, marejada, fuerte marejada, etc.) y diferentes condiciones meteorológicas (viento, lluvia, etc.).

Entre sus posible aplicaciones, Vicen destaca tareas de vigilancia marítima para la detección de barcos ilegales y como sistema de ayuda para el guiado de embarcaciones que, combinado con sistemas de previsión meteorológica, indique rutas alternativas para evitar tormentas.

Fuente: UAH
Derechos: Creative Commons
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