Investigadores del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH) han desarrollado un nuevo catalizador de oro con propiedades de estabilidad y ‘reciclabilidad’ sin añadir aditivos. Esto disminuye su precio y facilita su reciclaje.
Un estudio realizado por científicos del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH, centro mixto entre el CSIC y la Universidad de Zaragoza) ha conseguido la valoración Hot paper de la revista Chemistry, A European Journal por el desarrollo de un nuevo proceso catalítico con catalizadores de oro.
Gracias a este nuevo proceso, se ha logrado conseguir unos catalizadores de oro con las propiedades de estabilidad y reciclabilidad deseadas, sin que pare ello sea necesaria la adición de aditivos, tal y como viene siendo habitual para este tipo de complejos. El hecho de no necesitar la utilización de estos aditivos permite disminuir su precio y facilitar su reciclaje.
Estas propiedades de los catalizadores se han aprovechado para profundizar en el conocimiento de la reacción de hidroalcoxilación de alquinos catalizada por oro, con el objetivo de entender todos los pasos del ciclo catalítico por el que atraviesa este proceso, junto con la caracterización de los intermedios y de los productos finales. Dentro del campo de la catálisis, esta investigación ha conseguido, por primera vez, el aislamiento y la caracterización de los intermedios de la reacción de hidroalcoxilación.
El trabajo lo ha realizado el grupo de investigación de Química de Oro y Plata dirigido por la profesora Conchita Gimeno, en colaboración con el grupo de Organocatálisis Asimétrica (HOCA), dirigido por la doctora Raquel P. Herrera.
Referencia bibliográfica:
"Thiolate Bridged Gold(I)–NHC Catalysts: New Approach for Catalyst Design and its Application to Trapping Catalytic Intermediates". Renso Visbal, Raquel P. Herrera* y M. Concepción Gimeno. Chem. Eur. J. 2019, 25, 15837–15845.
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.
La Real Academia Sueca de las Ciencias ha concedido la mitad de este galardón al bioquímico estadounidense David Baker por diseñar desde cero nuevas proteínas mediante su programa RoseTTAFold. La otra mitad la comparten el británico Demis Hassabis y el también estadounidense John M. Jumper, ambos de la empresa DeepMind de Google, que lograron predecir las estructura proteicas con IA.
Un estudio internacional con participación del CSIC ha demostrado que reemplazar un solo átomo en posiciones estratégicas de la secuencia genética puede revertir su dirección de rotación. Según los autores, el hallazgo podría convertirse en una importante diana terapéutica al desempeñar un papel importante en diversos procesos biológicos.
