Nuevos nanomateriales: Nanohilos derivados de Polímeros de Coordinación

El grupo de investigación dirigido por Félix Zamora, del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad Autónoma de Madrid, en colaboración con el grupo de Julio Gómez del Departamento de Física de la Materia Condensada, pretende organizar polímeros inorgánicos conductores en superficies, con el fin de preparar nanocircutos basados en estas moléculas. En un trabajo publicado por este grupo, se han aislado y caracterizado morfológica y espectroscópicamente en superficie estas moléculas confirmando que mantienen su integridad estructural respecto al material de partida después de procesarlas.

Nuevos nanomateriales: Nanohilos derivados de Polímeros de Coordinación
Representación artística de un hilo molecular sobre una superficie de oro, con una punta de AFM escaneando la superficie y un haz de luz que simula la caracterización espectroscópica.

La tendencia hacia la miniaturización en múltiples campos de la tecnología, entronca con la necesidad del desarrollo de la nanotecnología. En particular, en aspectos relacionados con la electrónica hay que señalar que los chips que utilizan nuestros ordenadores se están fabricando ya con resoluciones que rozan el límite de lo que resulta físicamente posible para transistores de efecto de campo basados en silicio (procesador Intel Core2 Duo ca. 65 nm). Llegados a este punto los métodos hacia lo más pequeño denominados descendentes (de lo grande a lo pequeño) basados, esencialmente, en técnicas litográficas dejarán de ser útiles pues se habrá llegado al límite de lo que se ha denominado “la tecnología del silicio”.

La única alternativa para fabricar circuitos más pequeños, nanocircuitos, es la de organizar moléculas conductoras para dar paso a la electrónica molecular. Los métodos basados en el ensamblaje y organización de moléculas se denominan ascendentes (de lo pequeño a lo grande o “bottom-up”). En este sentido, si se utilizan moléculas “inteligentes” capaces de reconocerse y auto-ensamblarse para auto-organizarse se llegará al desarrollo de la electrónica molecular: el nanocircuito.

Estos conceptos son la base de lo que se ha denominado “Química Supramolecular”. La construcción del futuro nanocircuito requiere como elemento esencial los “nanohilos” o los “hilos moleculares” (moléculas relativamente largas capaces de conducir corriente eléctrica). De entre los múltiple candidatos a hilos moleculares hay dos que destacan por su complementariedad: por un lado los famosos Nanotubos de carbono y por el otro el ADN. Los primeros son excelentes conductores eléctricos, pero presentan problemas, su funcionalización, que les dificulta su auto-ensamblaje posterior. El ADN, por el contrario, podemos organizarlo casi “a la carta”, pero en este caso la molécula no es un buen conductor eléctrico.

Ante esta disyuntiva el grupo de investigación de Félix Zamora se ha propuesto utilizar como hilos moleculares lo que se denominan “polímeros de coordinación”, una opción intermedia entre estos dos casos extremos. A diferencia de los polímeros orgánicos clásicos basados en la repetición de monómeros orgánicos, los polímeros de coordinación presentan una secuencia fragmento metálico-compuesto orgánico: (-M-L-M-L-)n. Esto hace que estos polímeros presenten características fisico-químicas bastante distintas a los polímeros orgánicos.

En los primeros trabajos de este grupo se han puesto a punto métodos de procesado de los polímeros de coordinación que han permitido aislarlos y caracterizarlos morfológicamente en superficie como moléculas “individuales”. Esta caracterización se ha llevado a cabo utilizando microscopios de campo cercano que son capaces de acceder a esa escala tan pequeña (AFM y STM). Sin embargo, hasta este trabajo, publicado en Chemical Communications (ChemCommun. (2008) 945-947), no se ha podido verificar que esos hilos moleculares mantenían la integridad química respecto al material de partida (sin procesar). El uso de la espectroscopia de infrarrojos y fotoelectrónica de rayos X llevados a cabo sobre las moléculas aisladas en superficie ha permitido corroborar este hecho. El siguiente paso es el probar conducción en estas moléculas aisladas. Si esto se consigue se podría pensar que se está en el camino adecuado para poder fabricar en el futuro nuevos chips de tamaño considerablemente inferior al actual.

Fuente: Univesidad Autónoma de Madrid
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