Un estudio realizado en el Parque Natural del Montseny, en Barcelona, apunta al abandono de las prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales de la zona como un factor responsable de la notable pérdida en poblaciones de aves comunes que requieren de hábitats abiertos como los espacios de cultivo. En 12 años se ha producido un descenso poblacional del 44% de este tipo de aves.
Un estudio publicado en la Revista Ecosistemas de la Asociación Española de Ecología Terrestre por los investigadores Sergi Herrando, Marc Anton y Lluis Brotons del Instituto Catalán de Ornitología y del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) junto a Daniel Guinart del Servicio de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona, apunta como en tan solo 12 años se ha producido un descenso poblacional del 44% en este tipo de aves, especialmente concentrado en el periodo entre 2002 y 2007.
En los últimos 50 años, la zona ha sufrido un fuerte cambio en los usos del suelo, con una reducción de más del 60% de los espacios de cultivo considerados como los principales reservorios de la biodiversidad de la zona, los cuales se han convertido en densas zonas boscosas (42%), matorrales (10%) y prados (8%).
El monitoreo de poblaciones de aves a través de la implantación de programas de seguimiento a largo plazo desde hace ya más de una década está permitiendo la recogida de datos especialmente interesantes con los que evaluar los impactos que este proceso de reforestación está teniendo sobre la riqueza de la biodiversidad de determinadas aves. Este trabajo de campo parte de los conteos realizados a través del programa de seguimiento de aves comunes de Cataluña (SOCC), un proyecto científico abierto a la participación de todos los ornitólogos que quieran colaborar en la realización de censos de aves sobre unos mismos itinerarios de 3 km, a partir de los cuales se pretende conocer las tendencias de las poblaciones tanto en temporada de nidificación como en invierno.
Los resultados obtenidos hasta ahora contrastan con la realidad de otros espacios del planeta, donde por lo general las áreas cultivadas son la causa directa o indirecta de la pérdida de biodiversidad terrestre, según explican los autores de esta investigación. Por lo contrario, en determinadas zonas como es el caso concreto del Parque Natural y Reserva de la Biosfera del Montseny, el abandono de las prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales y la consecuente reforestación, que afecta al 12% de su superficie, está poniendo en peligro determinados hábitats y como consecuencia la supervivencia de las poblaciones de aves comunes en estos espacios.
Este cambio no solo afecta al espacio protegido del Montseny sino que las especies de pastos y matorrales de toda Cataluña muestran un patrón de caída poblacional similar, aunque de una magnitud algo menor, dato que según los autores del estudio, refuerza la idea de que en el Montseny la pérdida de biodiversidad en estos hábitats debe haber sido aún más destacada que en el conjunto de la región. En otras palabras, “si se espera demasiado, las fuentes de biodiversidad de espacios abiertos puede que ya hayan desaparecido del parque y alrededores, y sin ellas, la colonización se verá muy dificultada y los sistemas naturales resultantes, empobrecidos” tal y como advierten los investigadores.
Recuperación de zonas abiertas
Para combatir este proceso, gestores del parque natural conjuntamente con los propietarios de las tierras, están llevando a cabo un proyecto de recuperación de zonas abiertas mediante quema selectiva de matorrales, en aquellas zonas de mayor interés de conservación de este espacio protegido. Algunas de las zonas en las que más se están actuando son "El Pla de la Calma" y "El Matagalls".
Las líneas de trabajo prioritarias están centradas en labores de investigación, seguimiento, intervención, educación y divulgación. “Este trabajo, asociado a la recuperación de la actividad ganadera, puede permitir recuperar las poblaciones de especies como el collaba gris”, apuntan los investigadores.
Por ello se está promocionando la ganadería extensiva o tradicional en estas zonas, con el objetivo de que los herbívoros domésticos mantengan los hábitats abiertos que se han recuperado por los medios antes citados y con ello, conseguir el objetivo final de mejorar el estado de conservación de las especies de fauna y flora que requieren esta tipología de hábitat.
Según explican, “todavía no existen resultados contrastados de los efectos de estas actuaciones”, pero los equipos gestor y científico del Parque Natural del Montseny consideran que el seguimiento de la evolución de las poblaciones de aves va a ser una herramienta básica para valorar las intervenciones realizadas y poder evaluar su utilidad para la conservación de las poblaciones orníticas de espacios abiertos.