Un equipo de la Universidad Carlos III de Madrid ha desarrollado un algoritmo que maximiza la previsibilidad de los vuelos y reduce el riesgo de toparse con fenómenos tormentosos. El objetivo es mejorar la seguridad, aumentar la capacidad del tráfico aéreo y reducir los retrasos.
Incluso con la ayuda de los últimos avances en tecnología de pronóstico meteorológico, el tiempo puede ser difícil de predecir. Esto supone un problema para la gestión de los vuelos, que requiere de un pronóstico eficaz para poder garantizar un tráfico fluido.
La Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) ha participado en un proyecto europeo de investigación, denominado TBO-Met, cuyo objetivo ha sido desarrollar un algoritmo que se aplica a la trayectoria de la aeronave –lo que se conoce como el plan de vuelo– y tiene en cuenta las incertidumbres del pronóstico del tiempo. Este avance permitirá incrementar la capacidad del sistema, es decir, el número de aviones que pueden volar en un fragmento de espacio y tiempo.
Incertidumbre meteorológica
El sistema estudia la incertidumbre meteorológica de fenómenos meteorológicos de difícil predicción, como el granizo, la formación de hielo severo y los rayos, que pueden infligir daños considerables a las aeronaves.
“El impacto de la meteorología y la incertidumbre asociada en la aviación es muy alto. Se estima que aproximadamente entre el 20% y el 30% de los retrasos en Europa están relacionados con el clima, con unas pérdidas estimadas en unos 200 millones de euros al año”, explica el profesor de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial de la UC3M, Manuel Soler Arnedo.
De hecho, agrega, “solo en 2017 se estimaron pérdidas de 215 millones de euros por los 2,1 millones de minutos de retraso atribuidos a las inclemencias meteorológicas”.
El proyecto se ha centrado en entender, caracterizar y reducir esta incertidumbre. Para ello, se ha enfocado en dos problemas principales: el análisis de la demanda del sector en cuanto al número de aviones que deben estar operativos y la planificación de trayectorias teniendo en cuenta las incertidumbres del pronóstico del tiempo y la actividad de las tormentas.