La Universidad de Salamanca, en colaboración con las empresas Oesia y Nebusens están desarrollando una plataforma tecnológica que ayude a evitar casos de maltrato. El objetivo es mejorar el sistema de avisos que se emplea en la actualidad para mantener alejada a la víctima del presunto maltratador. La nueva plataforma incluye un chip que se podría incluir en diversos dispositivos, desde un teléfono móvil a una pulsera, explican los responsables del proyecto.
Un equipo formado por investigadores de la Universidad de Salamanca y de las empresas Oesia y Nebusens está trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías que ayuden a evitar casos de maltrato.
Según los responsables del proyecto, el objetivo es mejorar el sistema de avisos que se emplea en la actualidad para mantener alejada a la víctima del presunto maltratador mediante dispositivos que ayuden a la localización y la comunicación y gracias a tecnologías no utilizadas hasta ahora.
El proyecto Guardián o Sistema Electrónico para la Protección de Personas Maltratadas y en Situaciones de Riesgo diseña una plataforma de hardware y software que "mejora la protección de personas en riesgo de maltrato frente a la violencia machista", explica a DiCYT Dante Tapia, gerente de Nebusens. Para ello es necesario que la víctima y el presunto maltratador porten un chip que se podría incluir en diversos dispositivos, desde un teléfono móvil a una pulsera.
En la actualidad se emplean sistemas basados en tecnología GPS y GPRS que sirven para transmitir la señal que ubica al presunto maltratador a un centro remoto, pero el sistema presenta muchas deficiencias. Por ejemplo, hay muchos lugares en los que no llega la señal GPS y los dispositivos tienen un consumo energético elevadísimo, con pocas horas de duración, de manera que necesitan ser recargados continuamente.
La propuesta de la empresa salmantina, especializada en tecnología inalámbrica, es desarrollar un sistema electrónico basado en inteligencia ambiental que combine varias tecnologías: no sólo A-GPS (GPS asistido) y GPRS como en los sistemas actuales, sino también wifi y sobre todo ZigBee, un protocolo de comunicaciones similar al ampliamente extendido Bluetooth.
Primeros prototipos
"Hemos diseñado los primeros prototipos que combinan estas tecnologías para mejorar los sistemas de protección. Cuando estás en un lugar donde no hay cobertura, el GPS no funciona, pero nuestro sistema sigue funcionando", indica Dante Tapia. Para ello, deben llevar consigo el chip tanto el presunto agresor como la víctima. Los dos dispositivos envían su ubicación periódicamente a un centro de control haciendo uso del GPS, que determina la posición, y del GPRS para enviar la señal.
Si ambos se encuentran en zonas cercanas, se envía una alerta, pero incluso si no hay cobertura, la tecnología Zigbee hace que cada uno de los dispositivos busque la señal del otro con un alcance de varios kilómetros y que se emitan señales visuales y acústicas cuando se detecta una excesiva cercanía. Asimismo, si en el momento de perder la cobertura el sistema detecta que ambas señales estaban demasiado cerca, el centro remoto también queda avisado.
En algunos casos, se pueden diseñar zonas protegidas colocando sensores en lugares estratégicos, como puede ser una puerta. La plataforma está pensada especialmente para la protección de víctimas de maltrato, pero es fundamentalmente un innovador sistema de localización que aprovecha más tecnologías de las habituales, así que podría adaptarse perfectamente a otros usos, como la vigilancia y el cuidado de ancianos, niños u otras personas vulnerables.
Financiación pública
El proyecto, que fue financiado a través de Subprograma INNPACTO del antiguo Ministerio de Ciencia e Innovación en la convocatoria de 2010, ya está próximo a su finalización. De hecho, con los primeros prototipos, Nebusens está estudiando la posibilidad de que alguna empresa de telefonía integre su chip en los teléfonos móviles, ya que en el caso de la víctima puede ser manera más cómoda y fácil de llevarlo.
En este sentido, la discreción del sistema también es una ventaja. En la actualidad, hay dispositivos de localización por GPS para los presuntos maltratadores que se enganchan al tobillo y tienen el tamaño de dos veces una cajetilla de tabaco. En algunos casos, también la víctima llega un dispositivo, pero no se produce una interacción entre ellos como la que proporciona la tecnología ZigBee en este caso. Además, la posibilidad de que utilicen wifi hace disminuir el consumo de energía, muy elevado en el caso del GPS.