Un envase bioplástico hecho con azúcares residuales de la fabricación de zumos

El centro tecnológico Ainia ha desarrollado un prototipo de envase bioplástico a partir de los azúcares que contienen las aguas residuales de la industria de zumos. El 60% de este envase se degrada en nueve semanas, según los ensayos.

Resultados del proyecto PHBOTTLE.

El centro tecnológico Ainia ha desarrollado un prototipo de envase bioplástico a partir de los azúcares que contienen las aguas residuales de la industria de zumos. El 60% de este envase se degrada en nueve semanas, según los ensayos.

Los resultados del proyecto PHBOTTLE se han presentado hoy en Bruselas en una jornada organziada por el centro tecnológico Ainia y la Asociación Europea de Zumos de Frutas.

Es la primera vez que se obtiene un envase bioplástico de los azúcares que contienen las aguas residuales de la industria de zumos. El 60% de este envase se degrada en nueve semanas según los ensayos realizados en cuanto a biodegradabilidad y compostabilidad. Un prototipo de botella de PHB obtenido que se ha utilizado para envasar el zumo producido por la propia industria generadora de las aguas residuales.

En concreto, se trata de una botella elaborada con polihidroxibutirato (PHB), un polímero producido mediante bioproducción (fermentación microbiana) en la que determinadas bacterias transforman los azúcares de las aguas residuales y sintetizan en su interior este tipo de bioplástico.

Durante los procesos fermentativos con las aguas residuales se ha conseguido transformar hasta el 30% de los azúcares contenidos en PHB

Durante los procesos fermentativos realizados con las aguas residuales de la industria de zumo se ha conseguido transformar hasta el 30% de los azúcares contenidos en estos residuos en PHB.

Propiedades mejoradas

El material bioplástico logrado contiene propiedades mejoradas, como antioxidantes, que permiten alargar la vida útil del zumo. En concreto, mediante la tecnología de microencapsulación, se han obtenido cápsulas con principios antioxidantes como es el limoneno, un compuesto activo presente en la corteza de la naranja que utiliza la misma industria generadora de las aguas residuales.

Estas cápsulas se han incorporado al compuesto de PHB con el que se ha fabricado la botella final, para conseguir un envase activo en el que el agente antioxidante se va liberando poco a poco y retarda los procesos de oxidación del zumo envasado.

Además, para mejorar la resistencia y otras características mecánicas del material, se han utilizado otros residuos procedentes de la industria alimentaria. Concretamente la paja de arroz para la obtención de microfibras de celulosa con las que mejorar la rigidez del envase.

Según la firma, este bioplástico puede ser de aplicación en otros sectores industriales como la cosmética, oftalmología, calzado, componentes informáticos, farmacia o automoción.

Fuente: AINIA
Derechos: Creative Commons
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