Investigadores de la Universidad de Granada han comprobado que, en contra de la creencia popular, los coches de color rojo no son percibidos por las personas como más peligrosos que los demás, ni los conductores los asocian con un riesgo mayor que el resto. Lo han confirmado analizando la reacción de un centenar de conductores viendo aproximarse a coches de diferentes colores.
En un artículo publicado en la prestigiosa revista Perception, científicos del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada, han estudiado la reacción de cien conductores españoles ante la aproximación de una serie de coches de distintos colores (rojo, verde, amarillo, negro, gris y blanco) en diferentes situaciones de peligro en la carretera.
Para ello, analizaron el riesgo que los participantes percibían ante estos vehículos, así como su comportamiento (el tiempo de respuesta y la probabilidad de frenado al ver el peligro), en el que supone el estudio más completo realizado hasta la fecha sobre este tema.
En los resultados del experimento se muestra que el comportamiento del conductor no está directamente influenciado por el color rojo, ya que la respuesta fue similar al de otros colores empleados en la prueba, lo que sugiere, a juicio de los científicos, que el rojo no tiene un impacto específico en la seguridad vial, porque no provoca respuestas más rápidas o mayores niveles percibidos de riesgo.
Como explica el autor principal de este trabajo, el investigador de la UGR Leandro Luigi Di Stasi, “dada la creencia general que vincula accidentes en carretera y el color rojo de los coches, el estudio del comportamiento del conductor ante coches rojos, así como su percepción de riesgo ante este tipo de coches, puede servir para mejorar la seguridad vial”.
El rojo se asocia con peligro, dolor y agresividad
Las asociaciones que las personas hacen con el color rojo están muy determinadas por la cultura. Por ejemplo, en España, en investigaciones previas se muestra como el color rojo se ha asociado tradicionalmente con el peligro, el dolor y la agresividad. Sin embargo, los resultados de este nuevo trabajo apoyan la hipótesis de que la influencia del rojo en los comportamientos humanos depende, en realidad, del medio, esto es, del entorno y las circunstancias en las que se encuentre el observador.
En la actualidad, el rojo es considerado como uno de los colores más populares entre los compradores de coches. Aunque el mercado automovilístico está dominado por el blanco, el negro y el gris, el rojo es el color del 8% de los vehículos que se venden en el mercado mundial.
Los investigadores del CIMCYC señalan que, a la luz de los resultados de este trabajo, “la vieja creencia de que las compañías de seguros cobran más por asegurar un coche rojo, por considerar a sus conductores más agresivos al volante, no tiene ningún rigor científico, si bien esta práctica ha sido desmentida en muchas ocasiones por las propias aseguradoras”.
Además, destacan la necesidad de no sobregeneralizar los efectos perceptivos que se han encontrado con poblaciones y tareas específicas, ya que, en este caso, el “efecto del rojo” no se ha podido comprobar en conductas viales.
Referencia bibliográfica:
Amparo Díaz-Román, Alberto Megías, Carolina Díaz-Piedra, Andrés Catena, Leandro L. Di Stasi. "Seeing red on the road". Perception 2015, vol. 44, páginas 87–92. Doi:10.1068/p7811
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