Un estudio explica por qué hay personas que tienen más facilidad para los idiomas

Existen diferencias individuales importantes en el grado de dominio de una segunda lengua, incluso en personas que han vivido en entornos bilingües desde la infancia. Investigadores del Grup de Recerca en Neurociència Cognitiva (GRNC) vinculado al Parc Científic de Barcelona, han realizado un estudio para averiguar la razón de estas diferencias, y han observado que las personas que son capaces de percibir una segunda lengua como un nativo son también mejores a la hora de distinguir los sonidos de su propia lengua. No obstante, ambos grupos no difieren cuando perciben sonidos que no sean del lenguaje. El estudio se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los resultados de este trabajo, “resultan de gran interés para predecir la aptitud individual para aprender idiomas y diseñar protocolos de actuación y programas que optimicen el éxito en su aprendizaje”, explica Begoña Díaz del GRNC, co-autora del estudio junto con Albert Costa y Núria Sebastián del Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Barcelona (UB), que también forman parte del GRNC. En el estudio también han participado los investigadores Carles Escera del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la UB, y Cristina Baus, del Departamento de Psicología Cognitiva de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna (Tenerife).

Para investigar las diferencias individuales en la percepción del habla, los autores del estudio evaluaron las capacidades perceptivas de 126 estudiantes universitarios nacidos en el área metropolitana de Barcelona, procedentes de familias monolingües castellanas que aprendieron el catalán cuando comenzaron la escolarización obligatoria. Todas ellas, por tanto, habían nacido, crecido y vivido en un entorno bilingüe. Esta población resulta idónea porque el catalán posee algunas vocales que son particularmente difíciles de percibir para la mayor parte de la población española y/o castellano-parlante. De esta población se seleccionaron 31 individuos que correspondían a dos grupos distintos: los mejores y peores perceptores de los sonidos de la segunda lengua (el catalán).

A estos 31 individuos se les midió la capacidad del cerebro para notar cambios ante estímulos auditivos. Para ello se registró su respuesta electrofisiológica ante distintos tipos de sonidos y se calculó la amplitud de una onda eléctrica denominada “potencial de disparidad”. Como la amplitud de esta onda es mayor cuanto mayor es la capacidad del cerebro para notar un cambio auditivo, la comparación de la amplitud del potencial de disparidad entre los diferentes grupos permite determinar si hay diferencias en el procesamiento auditivo.

Para evaluar su capacidad auditiva general (no lingüística), los 31 participantes seleccionados escucharon tonos que variaban en las frecuencias que los componían, la duración o el orden de presentación. Las capacidades auditivas lingüísticas se midieron mediante la presentación de vocales de la lengua materna, el castellano, y vocales de una lengua desconocida para los participantes, el finlandés. Los resultados mostraron una amplitud similar del potencial de disparidad en ambos grupos cuando los participantes escuchaban sonidos que no eran del lenguaje. En cambio, cuando se les presentó sonidos de su propia lengua (el castellano), la amplitud de esta onda era significativamente mayor para los individuos que percibían mejor su segunda lengua (el catalán).

Artículo de referencia:
“Brain potentials to native phoneme discrimination reveal the origin of individual differences in learning the sound of a second language”,
Begoña Díaz, Cristina Baus, Carles Escera, Albert Costa and Nuria Sebastian-Gallés.
Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS),
DOI: 10.1073/pnas.0805022105

Fuente: Parc Científic de Barcelona
Derechos: Creative Commons
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