Una investigadora revisa los estudios sobre inmigración y salud en España

El fenómeno migratorio está tomando gran relevancia en nuestro entorno, lo cual demanda de información científica rigurosa para poder llevar a cabo políticas de salud pública que garanticen la salud de la comunidad en su conjunto. En este contexto, se presenta una revisión de la literatura científica sobre el fenómeno migratorio en España.

Una investigadora revisa los estudios sobre inmigración y salud en España
Evolución de la población inmigrante (1975-2003).

Mª del Pilar Serrano Gallardo, de la Escuela de Enfermería Puerta de Hierro (Hospital Puerta de Hierro/UAM), ha revisado los estudios realizados en España sobre el fenómeno migratorio en este país; en especial, de los aspectos demográficos, de los factores que pueden estar influyendo en la salud de este grupo poblacional, así como del nivel de salud que presentan [Rev enferm, 2007 Nov; 30 (11):7-12, 14].

Según Serrano, se podría decir que el verdadero incremento de población inmigrante en nuestro país se ha producido a partir del año 2003, dado que ha pasado de suponer un 3,5% de la población española a un 10,3%.

Si bien en una primera etapa, que podría abarcar los tres primeros años desde la llegada a un nuevo país, la salud de la población inmigrante está todavía muy condicionada por las circunstancias de sus zonas de origen (marcadas desigualdades sociales, económicas y políticas), así como del sufrimiento que el propio proceso migratorio supone en el ser humano (desarraigo), en una segunda etapa influyen, sobre todo, las formas de acogida por parte de los países receptores y la asimilación a los modos y estilos de vida de éstos.

A este respecto cabe señalar un estudio sobre los determinantes socioeconómicos en un colectivo de familias inmigrantes, en el que los factores de riesgo más frecuentes en estas familias resultaron ser “recursos económicos muy escasos”, seguido de “madre sola” y “falta de apoyo social”. Sólo contarían con su nivel educativo (aproximadamente el 60% tenían estudios secundarios o universitarios) como factor claramente protector de la salud.

Un estudio del Instituto de Salud Pública de la Comunidad de Madrid refleja con claridad cuestiones protectoras (por ejemplo, el alto consumo de frutas y verduras), o de marcado riesgo para la salud (por ej., que se pueda comer lo mismo a cualquier edad de la vida) en el colectivo de población marroquí, ecuatoriana y colombiana. En relación al uso de los servicios de salud (y si igualáramos cuestiones como la edad, la enfermedad o la gravedad), la población inmigrante presenta estancias hospitalarias más cortas, pero también hay un elevado porcentaje que no tiene adecuadamente cumplimentada su historia clínica y además no recibe atención concertada, sino a demanda del sujeto.

Por último y en lo que concierne a la salud de los colectivos de innmigrantes, la investigadora apunta que "es importante tener en cuenta que sabemos de aquellos problemas que aquejan a las personas que acuden a los servicios de salud, siendo muchas las que no acuden, y pudiendo producir esto una distorsión de los resultados". Así, esta revisión señala el despunte de los problemas de salud mental, los relacionados con la maternidad y la infancia, así como los vinculados a ciertos problemas infecciosos (enfermedades vacunables, sida o tuberculosis), "todos ellos estrechamente vinculados con condiciones socioeconómicas adversas".

El estudio concluye lo siguiente: "La realidad del fenómeno migratorio en España precisa trabajar la sensibilización hacia el tema, porque la opinión ciudadana puede ejercer un papel modulador, ayudando o entorpeciendo en las políticas públicas. No podemos obviar por otra parte, que los profesionales de la salud son ciudadanos, y como tales participan del sentir colectivo".

Fuente: Universidad Autónoma de Madrid
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