Uno de los problemas que han surgido con las repoblaciones de bosques es que muchas veces no se escogían las especies de frondosas ideales para cada terreno a repoblar. La consecuencia, que dichos árboles no se desarrollaban como en un principio se esperaba, produciéndose incluso el abandono de los cuidados lo que propiciaba, y propicia todavía, grandes perjuicios como los incendios forestales.
Para tratar de asesorar sobre qué y en qué lugares se deben repoblar especies para la obtención de madera de calidad, el Departamento de Investigación Forestal de Valonsadero (DIEF), con sede en Soria, realiza estudios sobre plantaciones frondosas en Castilla y León donde se dan varias claves para una correcta realización de la gestión de repoblación.
Óscar Cisneros es uno de los nueve autores de este estudio que puede utilizarse como cuaderno de campo. El primer objetivo es tratar de resumir la información disponible sobre frondosas aptas para la producción de madera de calidad de manera que esté disponible para propietarios y técnicos forestales. "La idea es producir madera para chapa, que es la de mejor calidad, o para sierra.
Esta madera se produce en árboles rectos con troncos de al menos unos tres metros de altura y unos 40 centímetros de diámetro", señala. Mediante podas, se eliminan paulativamente las ramas que producen nudos o pérdida de guía. Para facilitar el crecimiento, los árboles deben crecer libres de competencia herbácea. Los principales problemas para la obtención de resultados adecuados vienen del retraso en las podas, la excesiva ramosidad o la falta de dominancia.
Consideran Cisneros y el resto de autores que la producción de madera es una alternativa rentable y sostenible ecológicamente en la mayoría de las comarcas de la región. El déficit en madera de calidad destinada a ebanistería y carpintería de interior obliga a la importación de un producto que con una adecuada planificación se podría obtener en esta tierra a largo plazo.
En Castilla y León son interesantes desde el punto de vista de producción de madera de calidad el cerezo, el nogal, el fresno y el serbal. Las dos primeras son las más empleadas en los últimos años y las más rentables económicamente. Las otras dos son menos conocidas por parte de los propietarios aunque tienen excelentes cualidades y una mayor facilidad para la gestión que las anteriores. Otras son el abedul, que crece en zonas encharcables; el arce, en parcelas a gran altitud, o el almez. Tanto las motivaciones económicas como ambientales hacen interesante esta alternativa para los propietarios.
En el lado económico se destacan aspectos como la demanda creciente de madera de calidad que ahora se satisface con las importaciones; la búsqueda de una alternativa económica que diversifique las explotaciones agrícolas; la posibilidad de acceder a subvenciones cumpliendo con la ecocondicionalidad dentro de las ayudas agrarias, o llevar a cabo la agroselvicultura, es decir, plantar simultáneamente estas especies con cultivos agrícolas durante los primeros años, utilizando espaciamientos amplios.
En el lado medioambiental, las ventajas tienen que ver con el aumento de la diversidad, lo que mejora el paisaje; producción de recursos renovables y contribución a ganancias ecológicas como fijar carbono como contribución a la lucha contra el efecto invernadero, protección de la fauna, mejora de la calidad del suelo o contribución a la regulación del ciclo hídrico, entre otras.
En el estudio se indican las posibilidades de empleo más interesantes de frondosas productoras. Así, se citan las frondosas puras, constituidas por una única especie; las plantaciones mixtas, las de acompañamiento, la agroselvicultura, la revalorización de pequeñas superficies como linderos o huertos abandonados y la ecocondicionalidad, esto último relacionado con los requisitos que se exigen desde Europa para poder optar a ayudas.
Uno de los aspectos más importantes es elegir la especie a plantar en función de factores como el clima, el suelo o la fertilidad. Los principales errores han estado en plantar determinadas especies en estaciones que no propician su desarrollo. El estudio detalla los requisitos para cada especie; las limitaciones más importantes tienen que ver con el clima y la posibilidad de regar. A grandes rasgos se recomienda que en las fincas con posibilidad de regadío se planten las especies más valiosas, es decir, el nogal y el cerezo. El serbal común se debe plantear en parcelas secas y calizas que soportan en cierta medida los suelos pesados. Los fresnos son factibles en las riberas y proximidades siempre que no haya encharcamientos duraderos. El aliso y el abedul son recomendables en zonas de grandes periodos de encharcamiento, sobre todo el primero, mientras que para las parcelas de mayor altitud de recomienda el arce.
Preparación, gestión y poda
Para llevar a cabo la plantación adecuada debe realizarse una preparación del terreno que incluya un subsolado simple y un ahoyado con retroexcavadora. También hay que tener en cuenta las densidades. En este aspecto llaman los autores la atención sobre la constatación de que no todo lo que se planta ofrece rendimiento. Es decir, algunos propietarios abandonan los cuidados cuando ven que no todo lo plantado va a generar beneficio. Este largo proceso incluye un proceso de selección del que sólo saldrán los mejores individuos, siempre que se haga una correcta gestión, que son los que genererán un beneficio económico.
Esta gestión, por lo tanto, incluye la eliminación de la competencia de la vegetación que rodea a la planta, fertilización, riego y protección contra la caza y el ganado doméstico además de tratamiento fitosanitario. No menos importante es la poda. Hacer esto de forma correcta facilita el crecimiento del árbol y la eliminación de nudos, que es lo que hace inservible una madera en principio de calidad. El estudio habla de manera pormenorizada de este periodo clave que se divide en arraigo, formación y calidad.
Otro aspecto importante son las claras, es decir, talas 'quirúrgicas'que tienen como objetivo favorecer el crecimiento de los mejores individuos eliminando otros. En esto es en lo que más reticentes se muestras algunos propietarios. No comprenden que haya que quitar voluntariamente determinados individuos. Sin embargo, según apunta Cisneros, esta práctica en totalmente normal y necesaria si se quieren obtener los resultados deseados.
El estudio incluye datos y material gráfico de las plantaciones realizadas en todas las provincias de Castilla y León y los comportamientos detectados. Del mismo modo, se da una serie de recomendaciones selvícolas, ofreciéndose mapas de potencialidad a la hora de repoblar con diferentes especies. Así, se incluye información muy detallada de la posible implantación en la región de cerezo, nogal, fresno de montaña, arce, fresno, serbal, aliso y abedul.