Cuatro hombres y dos mujeres se embarcan esta semana en un laboratorio móvil, impulsado por una enorme cometa, para recorrer una ruta inexplorada en Groenlandia. Además de tomar muestras de hielo y de microorganismos del aire, en este entorno tan hostil pondrán a prueba un instrumento que podría detectar indicios de vida en Marte.
En Narsarsuaq, al sur de Groenlandia, se ultiman los preparativos de la expedición SOS Artic 2022, que el 5 de mayo partirá desde un glaciar próximo. Hasta allí viajarán en helicóptero los seis miembros de esta expedición, liderada por Ramón Larramendi, creador de un Trineo de Viento con el que ya se han realizado diez travesías polares, tanto en la Antártida como en el Ártico.
Aunque se ha ido actualizando desde 1999, se trata del primer vehículo eólico movido por cometas, que aportan una energía eficiente sin emitir contaminantes a la atmósfera. También emplea placas solares para mantener activos los equipos de investigación.
“Lo que fue un proyecto de aventura, desde hace años ha pasado a ser una plataforma móvil cero emisiones para la investigación polar, puesta a disposición de la comunidad internacional para realizarla de un modo mucho más sostenible”, apunta Larramendi.
En línea con los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por Naciones Unidas, una tarea que confirmará la polarista y ambientalista Begoña Hernández, este viaje estará enfocado a la investigación científica y la divulgación de los efectos del cambio climático en entornos polares. Se estima que dure entre tres o cuatro semanas, dependiendo de las condiciones meteorológicas.
La otra mujer de la expedición, Lucía Hortal, astrobióloga y responsable científica de la expedición, presenta al resto del equipo: “Carlos Pitarch, un experimentado alpinista que ha ascendido a dos ochomiles, fotógrafo y cámara oficial de la expedición; Markus Tobía, polarista y alpinista con gran experiencia en montaña y en el Ártico, nuestro experto multiusos; y Juan Manuel Sotillos, periodista especializado en viajes y aventuras polares, principal comunicador del proyecto”.
Además de llevar por primera vez seis ocupantes –hasta ahora habían sido un máximo de cinco–, el nuevo viaje del Trineo de Viento polar cumplirá varios hitos: por primera vez se va a probar una gran cometa de 250 metros cuadrados, el peso del vehículo superará los 2.200 kg –muy por encima de los 1.900 kg anteriores– y la ruta transcurrirá a lo largo de unos 1.500 km de oeste a este, lo que supone todo un reto porque los vientos en Groenlandia cruzarla en sentido contrario.
Piloto del Trineo de Viento (quien gobierna la cometa desde el primer módulo) y recorrido aproximado de esta expedición por Groenlandia. / Manolo Olivera/Trineo de Viento
Además, por primera vez una mujer española pilotará este avanzado trineo. “A priori no te sabría decir si será Begoña o yo: se decidirá durante la travesía”, comenta Lucía Hortal a SINC.
Lo que sí detalla la astrobióloga es que las mediciones meteorológicas y los muestreos de hielo y ‘aeronavegantes’ que se van a realizar forman parte de dos experimentos: uno de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y otro del Centro de Astrobiología de Madrid (CAB, un centro mixto del CSIC y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial).
“El proyecto Microairpolar-2 de la UAM se centra en la dispersión de los microorganismos por el aire –explica–, cómo se distribuyen geográficamente y su capacidad de mantenerse con vida. Los experimentos están diseñados para conocer lo que se transporta en un lugar tan prístino y remoto como los casquetes polares, y esto nos ayudará a saber si existe una comunidad de microorganismos común en el aire que puede llegar a cualquier lugar de la Tierra, y cómo el deshielo en los polos puede modificarla”.
En colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid se va a investigar cómo se dispersan los microorganismos por el aire, y también se va a probar un instrumento del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) con el que se podría buscar vida en Marte o en otro lugares del sistema solar
“Respecto al experimento del CAB –añade–, el objetivo es probar y poner a punto el instrumento Signs Of LIfe Detector (SOLID), que podría detectar señales o restos de vida en otros lugares del sistema solar, como Marte o las lunas heladas de Júpiter y Saturno (Europa y Encélado respectivamente), que son los principales candidatos para albergar vida. Para poner a punto este aparato es necesario realizar pruebas y muestreos en ambientes análogos aquí en la Tierra, como los casquetes polares”.
Hartal destaca que los datos recogidos en expediciones anteriores del Trineo de Viento se han publicado en diversas revistas científicas, como un estudio sobre observaciones meteorológicas publicado en el Bulletin of the American Meteorological Society, otro sobre la caracterización de un domo o punto elevado en la Antártida presentado en Atmospheric Research o varios recientes en colaboración con la agencia espacial japonesa, y confía en que de esta nueva expedición surjan nuevos papers.
SOS Artic 2022 cuenta con un presupuesto de unos 90.000 euros, financiados en gran parte por la empresa GMV, el Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid) –donde se impartirán charlas en centros educativos– y el canal de divulgación MiDietaCojea, junto a donaciones particulares a través de la plataforma GoFundMe.
Además de sus objetivos científicos, SOS Artic 2022 será la primera expedición polar alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. De los 17 objetivos aprobados en 2015 por más de 150 países, esta expedición impacta directamente sobre cuatro de ellos:
ODS 4 - Educación de calidad: tras la expedición, se van a llevar a cabo charlas educativas en los centros escolares de Tres Cantos y otros foros que así lo reclamen. También se distribuirán contenidos audiovisuales por distintas plataformas divulgativas para sensibilizar sobre los efectos del cambio climático en entornos polares y las consecuencias que ello pueda tener en nuestro planeta, y se mostrará la ciencia que se ha llevado a cabo en la expedición.
ODS 7 - Energía asequible y no contaminante: se promueve la utilización de fuentes de energías sostenibles y eficientes (eólica con las cometas y solar con los paneles) en todo el desarrollo de la expedición, teniendo como objetivo consolidar la eficiencia del trineo de viento como vehículo polar cero emisiones.
ODS 13 - Acción por el Clima: el proyecto está plenamente enfocado a la investigación y divulgación del efecto del cambio climático en entornos polares.
ODS 17 - Alianzas para lograr objetivos: se genera una red de información y conocimiento entre las instituciones que colaboran en el proyecto para mejorar la gestión y facilitar la toma de decisiones en el futuro.