No hace falta un laboratorio para dar una completa clase de Química. Las decenas de personas asistentes al acto inaugural del curso académico de la UNED en la Facultad de Humanidades (Madrid) escucharon este martes con sumo interés los entresijos de un tipo peculiar de molécula, las gigantes, comentadas con detalle por el catedrático de Química Física Arturo Horta.
Cuando un bombero rescata a un anciano de una casa en llamas resulta indiscutible que su pericia ha salvado la vida del hombre en apuros. Sin embargo, sin darse cuenta, ambos han contado con la ayuda de una rama de la Química: la macromolecular. Tanto los trajes de bomberos como las prótesis de cadera están elaborados con macromoléculas, moléculas gigantes compuestas por millones de átomos.
Estos conjuntos de eslabones son la materia prima de unos materiales rodeados por gran controversia en los últimos años: los plásticos. “A pesar de sus ventajas, sobre ellos pesa el estigma de estar fabricados a partir del petróleo”, ha explicado Arturo Horta, catedrático de Química Física de la Facultad de Ciencias de la UNED, durante la inauguración del curso académico este martes en Madrid.
En el marco del Año Internacional de la Química, el científico ha recordado que estos materiales no están consumiendo todas las reservas petrolíferas como falsamente se cree, puesto que para su fabricación se destina el 4% del petróleo que se consume, mientras que un 90% se destina a la producción energética.
“La energía es el problema actual de mayor envergadura y, en este contexto, los plásticos representan una gran ventaja, porque necesitan menos energía que otros materiales a los que sustituyen”, ha asegurado el investigador. Sin embargo, los inconvenientes medioambientales que generan los plásticos no degradables han puesto a trabajar a los investigadores para buscar soluciones más “limpias”.
Una doble estrategia química
Así, en estos momentos existen dos líneas de actuación: obtener nuevas estructuras de polímeros (sustancias macromoleculares) que sustituyan a los plásticos tradicionales o bien, mantener los mismos polímeros pero fabricándolos a partir de fuentes renovables, en lugar del petróleo.
Actualmente, ninguna de las dos líneas de actuación es perfecta. Las propiedades de las nuevas estructuras de polímeros (polilactidas y polihidroxialcanoatos) no son tan buenas como las de los plásticos tradicionales y el PET, desarrollado con fuentes agrícolas, no es degradable. Pero la comunidad científica es optimista y sigue investigando en los dos campos. “La Química sigue trabajando para vencer éstas y otras dificultades, mejorando así nuestra vida y nuestro entorno”, ha indicado Horta. Por eso, ha lamentado que, en los últimos tiempos, se haya llegado a contraponer “erróneamente lo químico y lo natural”. Los científicos de la UNED tienen en marcha diferentes proyectos en sus laboratorios que refutan esta falsa creencia. “La Química es, ante todo, Ciencia de la Naturaleza”, ha subrayado el investigador.
Un nuevo Renacimiento de conocimientos
Siguiendo el mismo hilo argumental del profesor Horta, el secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Juan Junquera, ha comparado Internet con una especie de polímero. Así, ha definido a la red como “un conjunto de macromoléculas de conformación desordenada, en forma de ovillo”. En este punto ha elogiado a la UNED por ser vanguardista en tele-formación.
En un contexto globalizado de cambios mundiales “similar al Renacimiento”, el secretario de Estado ha elogiado a Leonardo da Vinci porque supo integrar diferentes ramas de conocimientos y, en su opinión, ése es el camino que hay que seguir.
Con la integración de las diferentes especializaciones científicas se logrará un rendimiento, tendiendo puentes entre las universidades y las empresas y transfiriendo ese conocimiento. La misma idea ha compartido el rector de la UNED, Juan A. Gimeno: “el saber y el conocimiento, una vez más, saldrán adelante”.