Tumores que se atrincheran contra los fármacos

Las células humanas, una vez que se rebelan, no son menos “hábiles” que un virus o una bacteria. Por eso, cuando las piezas del organismo comienzan a reproducirse sin control originando un tumor, también pueden desarrollar mecanismos de resistencia. Investigadores de la Universidad de Oviedo han detenido en el tiempo células tumorales vivas para detectar cuándo y cómo se hacen inmunes a ciertos fármacos.

Tumores que se atrincheran contra los fármacos
Pedro Sánchez Lazo, en uno de los laboratorios del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo. Foto: FICYT

Cada tumor es diferente, por lo que no se conoce cómo funciona el metabolismo de las células que forman cada uno de ellos. Es un problema que se plasma en lo inespecífico de los tratamientos antitumorales. Pero existen ciertas respuestas que comparten las células de diversos tipos de tumores, como las vías por las que pueden hacerse resistentes a un fármaco determinado. Por eso, en el camino hacia un diagnóstico molecular que permita tratamientos más individualizados y específicos, es necesario establecer paralelismos entre las células de diversos tipos de tumores en función de su respuesta a cada fármaco.

“Estudiamos en laboratorio los mecanismos por los que una célula entra en proceso de muerte (apoptosis), bien sea de forma natural, bien inducida por fármacos. Concretamente, nos centramos en antimitóticos, es decir: que impiden la división celular de las células cancerosas”, explica Pedro Sánchez Lazo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y responsable de la Unidad de Regulación Celular del IUOPA.

Los fármacos que han estudiado más en profundidad los investigadores que dirige Sánchez Lazo son el taxol y a la vincristina, de uso frecuente en quimioterapia. Su acción, explica Sánchez Lazo, consiste en que paralizan la célula en el momento de la división (mitosis). Y, puesto que durante ese momento la célula dedica toda su energía al proceso, la célula cancerosa detenida en su propia división acaba muriendo porque deja de desempeñar otras funciones vitales para ella.

Una vez que se administra el fármaco, surgen las tres cuestiones en las que trabajan los investigadores para describirlas en profundidad: Entre los cambios que registra la célula cancerosa, cuáles se habrían producido sin el fármaco; qué cambios responden a que la célula entra en proceso de muerte; y cuáles responden a que ha puesto en marcha un mecanismo de resistencia al fármaco. “Para conocer el proceso en detalle, llevamos a cabo un experimento difícil, que consiste en sincronizar una población de miles de células cancerosas para poder registrar los cambios a escala mensurable”.

Fruto de este trabajo, que recibe financiación del PCTI del Principado, los investigadores están a punto de publicar un artículo en una revista científica de impacto internacional que describe cómo la proteína celular Anexina A2 se ve modificada por la acción de los compuestos estudiados. En este caso, la evolución (de las células rebeldes) se ha convertido en enemiga del ser humano.

Fuente: FICYT / SINC
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