Un nuevo estudio, liderado por el CNIO, demuestra que, en respuesta a un exceso de nutrientes, la proteína MCRS1 sirve de ‘interruptor’ de mTOR, una proteína alterada en cáncer, diabetes y desórdenes asociados al envejecimiento. Los resultados indican que el bloqueo de esta proteína podría ser eficaz para el tratamiento del cáncer y de la diabetes, sobre todo.
Un nuevo estudio cuantifica la interacción temporal entre la actividad eléctrica de neuronas de cinco áreas corticales de dos primates. Los resultados indican que, para llevar a cabo la tarea cognitiva, son necesarias dependencias bidireccionales entre áreas sensoriales y motoras que se mantienen incluso durante intervalos de la tarea en que las neuronas por sí solas no codifican información sobre el estímulo.
Philippe Grandjean, profesor de salud ambiental de la Escuela de Salud Pública de Harvard, afirma que la industria y la agricultura utilizan productos químicos que pueden ser tóxicos para el desarrollo del cerebro humano. Según él, estamos ante una epidemia silenciosa que merma las capacidades intelectuales de la sociedad. El investigador estuvo en Barcelona participando en B•Debate, una iniciativa de Biocat y Obra Social “La Caixa” que reunió a expertos en epidemiología y neurociencia.
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han conseguido duplicar la esperanza de vida de ratones que envejecían más rápido de lo normal. Para lograrlo, el equipo introdujo una mutación que incrementa la capacidad de producir nucleótidos para reducir la fragilidad del genoma y contrarrestar el envejecimiento prematuro de los ratones mutantes. Pero aún queda por descubrir si estos resultados tienen relevancia en el contexto del envejecimiento normal, en vez del prematuro.
Mutaciones en el gen MDH2, clave en el metabolismo celular, están asociadas al desarrollo de feocromocitomas y paragangliomas, tumores neuroendocrinos que afectan a la glándula suprarrenal y a los paraganglios, respectivamente. El descubrimiento permitirá el diagnóstico genético antes de que la enfermedad aparezca.
La neurobióloga californiana Elaine Hsiao durante su estancia en Barcelona. / Marta Palomo, Sinc
Las flatulencias suelen producir malestar y dolor. Ahora, investigadores de Australia han encontrado la manera de aprovechar estos gases para diagnosticar dolencias gastrointestinales. Proponen dos métodos: obtener la información de los gases a partir del cultivo de heces; o extraerla de sensores insertados en cápsulas ingeribles con transmisión inalámbrica de datos.
Científicos de EE UU y Argentina han observado que el ejercicio físico acelera la recuperación de los pacientes con lesión pulmonar severa debido a una reducción de los niveles de una proteína y una disminución del factor estimulante de colonias de glóbulos blancos inflamatorios.