Un equipo formado por 22 laboratorios ha trazado en tiempo récord el primer mapa de interacciones de las proteínas del virus SARS-CoV-2 con las proteínas humanas. La estrategia se ha completado buscando fármacos ya conocidos. Esto supondría un atajo hacia un tratamiento eficaz.
La Comunidad de Madrid está explorando la posibilidad de utilizar plasma sanguíneo de sangre de personas que se hayan recuperado del coronavirus para obtener plasma hiperinmune que permita tratar a los pacientes en estado crítico. Si la idea se consolida, se sumaría a la estrategia de EE UU, que ha aprobado el uso de este método centenario utilizado en epidemias antes de que existieran las vacunas.
Identificar al primer paciente que contrajo la enfermedad producida por el coronavirus SARS-CoV-2 en China es fundamental para averiguar su origen. También se está haciendo en otros países, una tarea en la que los epidemiólogos se convierten en verdaderos detectives. Los expertos recalcan la importancia de preservar la identidad de estas personas para evitar que se les culpabilice.
¿Ibuprofeno o paracetamol? ¿La pérdida de olfato es un síntoma asociado al SARS-COV-2? ¿Funcionan las mascarillas caseras? La pandemia de COVID-19, que comenzó hace ya tres meses en China, todavía genera más preguntas que respuestas. En Sinc hemos recopilado las principales cuestiones que siguen surgiendo estos días sobre esta enfermedad.
Un equipo del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC emplea solo un componente viral, la proteína S, y no el virus SARS-CoV-2 completo como estrategia para llegar a una vacuna. Estas investigaciones se basan en años de experiencia en el desarrollo de vacunas frente a enfermedades como el VIH, el ébola, el zika o el chikungunya.
En hospitales de la red pública española se prueban ya fármacos aprobados para otros usos contra el coronavirus. Un equipo del CSIC trabaja sin descanso para desarrollar una vacuna, tras la que hay dos décadas de investigación. Grandes potencias como EE UU y China han anunciado ensayos con nuevas vacunas en una carrera mundial para vencer a la COVID-19.
El 85 % de los pacientes críticos con COVID-19 presentan linfopenia, es decir, un número bajo de las células de defensa, que se asocia a una neumonía grave. Ahora, un estudio español propone utilizar esto como marcador para predecir qué casos serán más graves y poder usar de manera más eficiente las UCIS.
Los últimos estudios indican que los casos más graves de COVID-19 se deben a una respuesta excesiva del sistema inmunitario. Investigar el despliegue de este ejército celular en cada fase de la infección puede ayudar a hacer pronósticos y tomar decisiones. En hospitales españoles ya se usa una molécula para determinar en quiénes puede ser efectivo un fármaco que frenaría la progresión de la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado que nadie es invencible ante la COVID-19. En España, una de cada cinco personas infectadas tiene entre 20 y 39 años. Profesionales sanitarios de hospitales españoles confirman a SINC que hay un pequeño porcentaje de pacientes jóvenes que desarrollan neumonías severas por SARS-CoV-2, incluso de forma súbita.
Según los datos que publica el Ministerio de Sanidad, la mayoría de los decesos por COVID-19 se produjeron en mayores de 79 años. Esto coincide con los datos de China e Italia que revelaron que la letalidad aumenta con la edad.