Un estudio del Imperial College de Londres analiza las medidas tomadas por los países de rentas medias y bajas contra la pandemia y el posible impacto del virus. Aunque sus poblaciones son más jóvenes, la fragilidad de sus economías y sistemas de salud juegan en su contra. Los investigadores auguran meses “tristes”.
El estudio más completo hasta la fecha ha permitido analizar por primera vez toda la evidencia disponible sobre las mascarillas, la distancia física y la protección de los ojos en sanitarios y la población general. Los 172 estudios revisados muestran que estas medidas, aunque no ofrecen una protección completa, sí impiden la propagación del SARS-CoV-2 si se combinan con la higiene de manos.
La carrera por encontrar una terapia preventiva contra la COVID-19 se ha olvidado de su aceptación social. Mientras los científicos trabajan contra el reloj en el fármaco, algunos investigadores advierten de las reticencias de un amplio espectro de la población, no solo los antivacunas.
El pico de la pandemia ha pasado, pero el personal de los hospitales, como este intensivista, teme que la población corra riesgos y se produzca una segunda oleada. “La única manera que tuvimos muchos de nosotros de descansar fue caer infectados”, afirma. El libro que acaba de publicar narra la angustia vivida en una UCI madrileña.
A principios de 2020, los síntomas de depresión y ansiedad y el miedo a sufrir agresiones en el trabajo empeoraron entre los médicos residentes en Shanghái, una de las primeras urbes en hacer frente al coronavirus. “Necesitamos priorizar el bienestar de los trabajadores de la salud, no solo por ellos, sino también por los pacientes que los necesitarán en los próximos meses”, reclama el investigador principal.
José Antonio Peñas (SINC)
La vuelta gradual a la nueva normalidad supone más contacto con el exterior, sobre todo con familiares y amigos. Pero el riesgo de rebrotes sigue en el aire. Los expertos advierten sobre las actividades sociales con mayor riesgo y piden evitar espacios cerrados con mucha gente, mantener la distancia física y llevar mascarillas.
La encuesta Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento muestra como un 81,52 % de los participantes es consciente del mayor riesgo que tiene fumar con el agravamiento de los síntomas por COVID-19. Los resultados revelan que un 6,73 % de los fumadores ha dejado el hábito y un 5,98 % ha reducido su consumo estos meses.
Investigadores de la Universidad de Alcalá han desarrollado una metodología para estimar y cartografiar los desechos de cigarrillos en las calles de Madrid. Los resultados señalan que el 73 % de los espacios públicos de la ciudad albergan estos residuos. También identificaron diferencias entre barrios.
Mientras la comunidad científica busca una vacuna y un tratamiento efectivo, otros se aprovechan del miedo de los pacientes para lucrarse. Terapias fraudulentas con células madre, MMS o falsos remedios para fortalecer al sistema inmunitario conviven en un entorno donde abundan las desinformaciones.