En el programa ExoMars, España contribuye con un 6,7% de su presupuesto total, que ronda los 1.500 millones de euros. Empresas y centros de investigación han trabajado tanto en el módulo Schiaparelli como en el orbitador de gases traza (TGO) de la misión 2016, y algunas de ellas también estarán presentes en la de 2020, en la que se llevará un rover a la superficie marciana.
El programa espacial y medioambiental europeo Copérnico ya tiene un nuevo miembro: el satélite Sentinel-1B, que este lunes ha despegado desde la Guayana Francesa. Su visión radar se unirá a la de su gemelo, Sentinel-1A, para monitorizar nuestro planeta, desde los icebergs en los mares polares y las subsidencias del terreno hasta las zonas contaminadas y los desastres naturales detectados en la superficie terrestre.
El paísaje rojizo del entorno de Río Tinto, en Huelva, servirá para probar un traje, un rover, un hábitat desplegable e instrumentos científicos que se podrían usar en las futuras misiones robóticas y tripuladas a Marte. Esta iniciativa forma parte del proyecto europeo MOONWALK, que también incluye ensayos en Marsella bajo el mar para simular las condiciones de gravedad de la Luna.
El satélite Sentinel-3A está equipado con cuatro instrumentos de observación de la Tierra que dotarán al programa de visión panorámica./ ESA
Este martes ha despegado desde el cosmódromo ruso de Plesetsk el tercer satélite desarrollado por la Agencia Espacial Europea para su programa Copérnico de monitorización medioambiental. Sentinel-3A se dedicará, principalmente, a la monitorización de los océanos, analizando la altura de su superficie, el color y su temperatura. Los resultados se distribuirán de forma gratuita a usuarios de todo el mundo. La industria española ha aportado diversos componentes a este nuevo 'centinela' espacial.