Un equipo de científicos europeos, con participación del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, ha creado un nanodispositivo capaz de introducirse en el interior de una célula y actuar, a la vez, como calentador y termómetro instantáneo. Se podría usar en algunas terápias contra el cáncer y en estudios sobre el transporte de calor a escala nanometríca.
Grandes ventanales y luz a raudales, un comedor de forma circular, pasillos con mobiliario de estilo modernista, una piscina y zonas ajardinadas. Este entorno configura el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja del CSIC, un centro de investigación inusual. Marta Castellote, su directora, explica que la actividad medular del centro es la innovación en la construcción con nuevos materiales: cementos de menor huella de carbono y hormigones que parecen de ciencia ficción. Castellote coordina ahora un proyecto sobre pavimentos que, mediante materiales fotocatalíticos, puedan reducir la contaminación de las ciudades.
La robótica ha permitido el diseño de dispositivos duros –que se caracterizaban por su eficacia y precisión– y blandos –que se adaptan mejor y son más resistentes–. Ahora, gracias a la impresión 3D, un equipo internacional de investigadores ha diseñado un robot autónomo de una sola pieza, que integra elementos duros y blandos, y que es propulsado por butano y oxígeno. Estos nuevos diseños podrían utilizarse en el campo de la investigación aeroespacial en el futuro.
En el campo, el robot podría saltar y moverse así de forma eficaz alrededor de los obstáculos. / Laboratorio de microrobótica de Harvard
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Swiss Federal Institute of Aquatic Science and Technology ha comprobado que las algas pueden actuar como biosensores para detectar la toxicidad de estas nanopartículas de plata, uno de los nanomateriales más usados.
Investigadores de la Universidad de Cádiz han comprobado, tanto en el laboratorio como en condicones reales, que las nanopartículas de sílice cohesionan los granos de roca. El avance ha permitido desarrollar un material para ayudar en la restauración y conservación de monumentos del patrimonio cultural.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del centro IK4-Tekniker han desarrollado un nuevo recubrimiento de selenio y wolframio que mejora su respuesta al rozamiento en condiciones ambientales, como las que soportan las naves espaciales. La capa lubricante es estable durante las etapas de almacenamiento y durante la puesta en órbita.
Un estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Zaragoza ha descubierto un nuevo método para la obtención de helio en estado líquido a pequeña escala y con un ahorro en el consumo de energía de más del 50% respecto a las técnicas existentes en el mercado.